Una mala planificación de temporada en el verano del 2012 provocó, como si de un efecto mariposa no apto para cardiacos se tratara, que el Cádiz CF entrara en el mes de febrero de 2013 ocupando la decimoséptima posición (descenso directo) a dos puntos de la salvación. El Ciudad de Lepe, clave en el volteo de la tortilla.
La llegada de Raúl Agné al banquillo cadista en diciembre de aquella temporada, con hasta seis fichajes de la mano y ocho bajas, propició que el objetivo de revertir la situación de un Cádiz que caía en picado hacia la última plaza comenzara a hacerse realidad.

En la tarde del domingo 3 de marzo de 2013, el Ramón de Carranza acogía el encuentro de la jornada 23 ante el Villanovense. Josete Malagón, recién llegado a la entidad gaditana, hacía el gol de la victoria de libre directo en la frontal del área. El Cádiz, que necesitaba ganar para hacer bueno el empate en La Línea ante la Balona (1-1), conseguía salir de la zona de descenso directo, alzándose hasta la posición número quince, aprovechando el tropiezo del Sevilla Atlético, que perdió por 2-3 ante el Loja.

Con este panorama, los cadistas viajaron la siguiente jornada al Ciudad de Lepe para reivindicar su deseo de eludir el descenso y continuar un año más en la división de bronce. En Lepe, y defendiendo los colores del pendón de Cádiz, la escuadra gaditana mostró su cara más dominadora, llevando la batuta del encuentro y provocando las ocasiones más peligrosas del partido, para sorpresa para la parroquia cadista.

Corría el minuto cincuenta y siete cuando un centro desde la banda derecha de Abdoulaye Fall, repelido por un central lepero con el pecho a la frontal del área, caía franco para Roberto Peragón. El delantero -también llegado en el mercado invernal-no se lo pensó dos veces, envió un zapatazo con su pierna derecha a la escuadra derecha de la portería local, haciendo el cero a uno y otorgando tres puntos de oro a su equipo. Además, la derrota del Sevilla Atlético en La Línea colocaba el descenso directo para los de Raúl Agné a cuatro puntos.

La victoria con buena imagen en el municipio lepero en aquel 10 de marzo de 2013 dio alas a un Cádiz necesitado de confianza y que, tan solo una jornada después, volvió a vencer en Carranza, por dos goles a nada, al filial del Real Betis para seguir asegurando la salvación y poner fin a la peor temporada de la historia cadista de la historia. Mañana el equipo de la Tacita de Plata volverá al escenario en el que hace poco más de tres años resurgió de sus propias cenizas.