Un equipo armado desde atrás. Esa es la principal premisa con la que trabaja Álvaro Cervera desde su llegada al Cádiz CF. El técnico cadista desde su primer discurso como entrenador en la Tacita de Plata dejó bien claro lo que quería para que el equipo comenzara a crecer: orden defensivo para ganar en confianza.

El conjunto cadista acabó la temporada regular encajando 31 goles en 38 partidos, lo cual significaba una media de 0,8 goles en contra por encuentro jugado. Una media que ha bajado ostensiblemente en los tres que lleva disputado en este playoff, en los que los amarillo tan solo han encajado uno en tres choques: 0,33 de media.

Una fortaleza defensiva que se ha visto reforzada sin duda por la presencia de una zaga fija que está funcionando, con Servando y Xavi Carmona como laterales con Migue y Aridane en el eje de la misma. Pero también por el gran trabajo realizado en esa faceta por hombres en otras demarcaciones. Ayer por ejemplo destacaron en esa faceta tanto los medioscentros Mantecón y David Sánchez, Abel Gómez por delante de ellos y los incansables Álvaro García y Salvi, que además de aportar en ataque hicieron un esfuerzo para ayudar en labores defensivas. Cuando la fuerza de Güiza y Abel se fue apagando Cervera introdujo en el campo a Lolo Plá y Jandro, dando oxígeno a la presión y a ese primer trabajo que deben realizar los hombres más adelantados.

Trabajo de bloque más allá de las individualidades está siendo la piedra angular de este Cádiz en el playoff. Una imagen que debe seguir teniendo continuidad en El Sardinero el próximo domingo para poder seguir soñando.