En las primeras jornadas de competición el Cádiz había convertido en una de sus virtudes la solidez defensiva. Los equipos a los que se enfrentaba coincidían en la dificultad que entrañaba hacer un gol al conjunto amarillo. El trabajo colectivo basado en el orden y la solidaridad habían facilitado que en las seis primeras jornadas tan solo siete equipos habían encajado menos que el Cádiz. Pero en las dos siguientes ante Real Oviedo y Rayo Vallecano fueron cinco los recibidos.
Ayer los de Álvaro Cervera volvieron a ser durante buena parte del partido ese equipo defensivamente fiable que quiere el técnico. Atrás fue ordenado, contundente y dio pocas facilidades al rival de crear ocasiones peligrosas.
Además tampoco hubo fases en las que el equipo se viera demasiado largo y con las líneas muy separadas. Volvió esa solidaridad que te hace correr de manera efectiva.
Ahora toca recuperar el gol
La idea de Álvaro Cervera desde el banquillo siempre ha estado enfocada a hacer un equipo desde atrás hacia adelante. Con más razón aún si se trata de tener un objetivo como el de salvar la categoría. Tras el mal encuentro en Vallecas tanto él como los jugadores insistían en la necesidad de “resetear” la manera de jugar y volver a los inicios del campeonato.
Se consiguió sin duda alguna, pero ahora toca retomar la eficacia goleadora. Son ya tres los partidos en los que el Cádiz no hace gol. Ayer logró tener ocasiones. La mala fortuna no se alineó con el cuadro gaditano en un disparo de Abdullah que René sacó casi sin querer y también la mala finalización evitó que Rubén Cruz marcara tras un pase de Álvaro García al corazón del área.
Como punto de partida fue una buena noticia volver a ver que funcionaban las bandas, con desbordes y ayudas de los laterales. A ello le debe seguir la claridad en el último pase, el remate final y en esas ocasiones tener más a Ortuño en las zonas donde se cuece el gol. De atrás hacia adelante. De la confianza defensiva a la ofensiva. El primer paso se daba ayer domingo y ahora resta dar el siguiente.