El equipo realizaba esta mañana una nueva sesión de trabajo en las instalaciones de El Rosal. Álvaro Cervera entrenó con todos sus efectivos disponibles salvo con el lesionado Carpio y con vistas al próximo partido ante el Nàstic, en el que el conjunto amarillo deberá afrontar además las bajas por sanción de Aridane y Brian Oliván. El técnico cadista debe ajustar bien una línea defensiva que estará prácticamente con lo puesto ante el conjunto tarraconense. De ahí que incluso en la sesión de hoy Sankaré se retirara antes de finalizar la misma, aunque solo por precaución.

Un buen susto también se llevó Salvi, que recibió un balonazo en la cara tras un despeje en línea de gol de Malón. Tras ser atendido, el sanluqueño pudo continuar sin mayores problemas.

Mañana viernes será un nuevo día de entrenamiento aunque en esta ocasión lo hará a puerta cerrada.