A las 20:57 horas saltaron Hércules y Cádiz al terreno de juego del Rico Pérez. Por parte local, miles de alicantinos ondeaban sus banderas y bufandas mientras en la grada más alta del estadio, una pequeña representación del Ramón de Carranza entonaba cánticos cadistas y coloreaba de amarillo el estadio. Previamente, habían invadido las calles.

Y allá van los dos equipos. Los de Álvaro Cervera, concienciados en la necesidad de hacer valer el golazo de Carlos Calvo de la ida, defendiendo y esperando el error del cuadro local. Por su lado, los de Vicente Mir se veían obligados a hacer gol cuanto antes para igualar la eliminatoria y poner al Cádiz contra las cuerdas.

Saltaba el Hércules con Chema, Álvaro, Peña, Pichu Atienza, Álex Muñoz, Vivi, Chechu Flores, Miñano, David Mainz, Javi Flores y Nieto, mientras que la escuadra gaditana alineaba a Alberto Cifuentes, Juanjo, Aridane, Migue, Servando, Mantecón, David Sánchez, Fran Machado, Álvaro García, Dani Güiza y Salvi.

En el banquillo alicantino se sentaron Pol Ballesté, Nana, Ranko Despotovic, Lolo Plá y Carlos Calvo, mientras que a Mir le acompañaba Iván, Gato, Juanma Espinosa, Yeray y Álex Gallar.

Con esta predisposición, el árbitro hizo sonar el silbato y la final por el ascenso arrancó. Los corazones, que por momentos parecían pararse, latían con más fuerza que nunca con cada balón dividido. Las gargantas, desde Cádiz a Alicante pasando por el resto del mundo, gritaron como nunca. El ascenso esperaba. 

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