Hasta cinco jugadores debutaron con el Cádiz en liga en el día de ayer ante el Córdoba CF. Tres de inicio como Lucas Bijker, Marcos Mauro y David Barral. En el segundo tiempo dos más como Álex Fernández y Róber Correa. En líneas generales una buena actuación de algunas de las nuevas caras 2017-2018 en el encuentro que significó la primera victoria para el conjunto cadista.
Lucas: Comprensible que se haya ganado en pretemporada la confianza del entrenador. El holandés volvió a mostrar seguridad en su parcela, cortando los tímidos acercamientos del Córdoba por su banda. Tímidos acercamientos gracias a su labor, y anticipación, ya que cuando el balón iba a la banda derecha blanquiverde aparecía su pierna o cabeza para cortar el balón e iniciar el contraataque.
Marcos Mauro: Llevar el peso del centro de la defensa junto a Servando a lo largo de la pretemporada le ha permitido llegar a la liga sin nada que demostrar, ya que parece estar apto para encargarse de un puesto que requiere tanta responsabilidad como el suyo. Contundente y bueno a balón aéreo, sus principales virtudes. La liga acaba de empezar, pero el argentino la arranca con muy buen pie.
Álex Fernández: Volvió a jugar en la media punta y por las circunstancias. No es la posición en la que más cómodo se encuentra el ex del Elche, y mucho menos cuando el objetivo del Cádiz en el momento de su entrada no era otro que mantenerse cerrado atrás y buscar la contra. Impreciso con algunos pases pero sin minutos ni contexto para hacerle reproches.
David Barral: Tan solo necesitó tocar el balón una vez en el área para hacer gol. Para esas situaciones fue contratado en este mercado de fichajes y además de su efectividad de cara a portería, el isleño también hizo gala de compromiso. Primero, corriendo como el primero para defender, ayudando las bandas y cayendo a ellas. Posteriormente, cuando Cervera había agotado los cambios, un esguince de tobillo no le impidió seguir en el campo. Partidazo de Barral en su debut oficial con el Cádiz.
Róber Correa: Entró cuando faltaban menos de quince minutos para que acabara el partido, y su misión no era otra que defender la portería. Las ausencias por lesiones no llamaban a otra tarea. Suplió a Aitor, colocándose como quinto defensa, ayudando a Carpio cuando el Córdoba fue con todo a recortar distancias. Poco o nada pudo verse el trabajo del ex del Espanyol, que tendrá que seguir peleando para gozar de minutos y poder demostrar sus cualidades.