El Cádiz no acaba de reencontrarse con su mejor fútbol y eso coincide con la falta de protagonismo de sus dos balas en las bandas. El utrerano y el sanluqueño han dejado de aparecer como actores principales en el juego cadista y eso el equipo lo nota. No en vano el primero de ellos es el máximo goleador del equipo con seis dianas y el segundo el máximo asistente con seis pases de gol.

No aparecen los espacios que estaban acostumbrados a aprovechar, no finalizan con éxito ese uno contra uno junto a la línea de fondo y no acaba de cuajar ese balón al área que ambos lanzaban desde los costados. Hasta tal punto que la desesperación puede notarse incluso en sus caras. Demasiados minutos acumulados en sus piernas agravado por un excesivo trabajo defensivo, falta de confianza o simplemente que los rivales han aprendido a maniatar sus virtudes. Osasuna, sin ir más lejos, cambió la pasada jornada su defensa con carrileros a una con dos laterales que no se sumaran al ataque para que las vigilancias a nuestros extremos fuera máxima.

Sea cual sea el motivo la única verdad es que sin ellos el Cádiz es menos Cádiz. La inclusión de Alberto Perea puede hacer que la solución pase por la figura de ese mediapunta que atraiga la atención de la zaga contraria dejando algo más libres al resto. Álvaro Cervera deberá estar dándole vueltas también a ese problema siendo consciente de que el poner la guinda a la temporada pasa indiscutiblemente porque los ‘Zipi y Zape’ vuelvan a brillar.