Mientras el equipo descansaba se ha preparado por su cuenta y ayer completó dos sesiones de trabajo al mismo ritmo que sus compañeros. Pavoni es todo optimismo: "Me voy encontrando mucho mejor, me he entrenado con el grupo y cada minuto soy más optimista para forzar y para demostrarle al entrenador que puedo ser uno más en la pelea para jugar cada partido. Si depende de mí, me veo para jugar el domingo contra el Lleida. Ya dependerá de la opinión de los médicos y de los técnicos, pero yo no lo descarto ni mucho menos".

Está ansioso Pavoni por volver a sentirse futbolista. Eso de trabajar al margen del equipo no lo lleva del todo bien porque tiene el gusanillo de la competición. "Desde hace mucho tiempo pienso en el momento de volver a jugar, de salir de este túnel de una vez. Simplemente con el hecho de imaginarme en el Carranza se me pone la carne de gallina. Ahora debo centrarme en estar bien y poder estar con el resto de mis compañeros a pleno rendimiento. Cuando estás lesionado no te sientes tan parte del grupo", explica.

La evolución es muy satisfactoria y los galenos cadistas se están planteando la posibilidad de anular la revisión que debía pasar mañana en Sevilla con los doctores de Fremap, o al menos de aplazarla para la próxima semana. En eso no se mete el jugador: "Yo no quiero entrar en los líos de los doctores. Yo voy donde me digan porque son ellos los que mandan, pero debe ser una buena señal si al final no voy esta semana a Sevilla. En todo caso, prefiero centrarme en mi trabajo y ponerme bien lo antes posible".

Como ya comentara la pasada semana, su objetivo número uno es eludir el quirófano, una opción que veían muy cercana los médicos que lo trataron de su última contractura. Sabe que aún no está fuera de peligro de un modo definitivo, pero se muestra muy optimista: "Por el momento va todo muy bien. El trabajo con los fisios está siendo muy productivo y voy a poner de mi parte para no tener que operarme. En este momento es algo que ni me planteo. En algún movimiento concreto siento un pequeño tirón, pero cada vez me pasa menos y ya lo tengo superado mentalmente, que es lo importante en estos casos".

El futbolista del Cádiz confía en sus posibilidades, pese a que sabe que no va a resultar sencillo entrar en los planes de Víctor Espárrago por la competencia de la plantilla y por la ventaja que le han tomado sus compañeros. "Soy consciente de que no va a ser un camino de rosas. Llevo algún tiempo sin jugar y necesito minutos para ponerme a punto, pero sé lo que puedo dar y cuáles son mis posibilidades. Lo primero es estar bien, empezar a jugar y poco a poco recuperar mi nivel y ayudar al equipo en todo lo que sea posible", afirma.

Le tocó ver el partido de Ipurúa por televisión y lo pasó mal. En cualquier caso, no tiene dudas sobre la inminente reacción de su equipo: "Siempre que no juego lo paso mal y en este caso también porque vi que en unos pocos minutos se cayó toda la ilusión de hacer un buen partido allí. Todo se puso del revés rápidamente y en Segunda es muy complicado darle la vuelta, pero estoy seguro de que todo va a cambiar desde el domingo, como ya empezó a verse en el segundo tiempo contra el Éibar. El equipo está fuerte y va a salir a morir en el campo para darle una alegría a nuestra gente".

Ni el cuerpo técnico ni los doctores confirman el debut del mediapunta. Eso sí, las opiniones son positivas y todo pasa por que durante esta semana no haya una recaída. "Es muy bueno que él sea tan optimista, es señal de que se encuentra bien. Su evolución es muy favorable y estamos en compás de espera para comprobar si puede estar a punto en breve", afirma el doctor Martínez Villar. Los técnicos van a esperar hasta el viernes para comprobar su estado y no ven descabellado que pueda ser convocado.

FRANCISCO JOSÉ JIMÉNEZ.