El estado del césped del Ramón de Carranza es verdaderamente preocupante.

Foto: portalcadista.com

Durante el período veraniego siempre se trata que el parón que se produce en el mundo futbolístico no afecte también al cuidado del césped de los estadios. Es más, en la mayoría de equipos se suele aprovechar este período de tiempo para mejorar el tapiz tras un duro curso que suele acabar con el mismo bastante maltrecho.

En el Cádiz CF parece haber ocurrido todo lo contrario. La pasada temporada Víctor Espárrago se afanaba por mejorar cada día la superficie donde sus hombres tenían que realizar el trabajo cada dos fines de semana y esporádicamente algún que otro entrenamiento. Era algo normal ver al técnico uruguayo dialogando con los responsables de su cuidado o simplemente agachado examinando cuidadosamente su estado.

Lo único cierto es que, como se pudo comprobar en la 56ª Edición del Trofeo Carranza, el césped del estadio gaditano no ofrecía ni de lejos una imagen cuidada. La realidad es que estaba muchísimo peor que el año pasado.

En la mente de todos están las palabras tanto de Risto Vidakovic como de Roberto Suárez explicando que la idea del proyecto 2010/2011 para el Cádiz CF sea la de la práctica de un fútbol de toque y huyendo del juego directo. Esto, como no puede ser de otra manera, pasa inexcusablemente por que el balón recorra un mayor número de metros en contacto con la hierba.

La imagen que acompaña a la noticia es la del Ramón de Carranza a falta de 12 días para que nos visite el Real Jaén con motivo de la primera jornada de la temporada en Segunda División B. Los encargados de su cuidado trabajan contra el reloj para replantar las muchas zonas con calvas y hoy se podía apreciar un manto de arena y semillas sobre él para acelerarla.