Quedó muy castigado tras el Campeonato Nacional de Alevines.

Foto: portalcadista.com

Si hay alguien que no descansa en un club de fútbol es el encargado del césped, esa superficie donde dentro de poco los protagonistas del Cádiz tendrán que demostrar que está al alcance el ascenso a Segunda División. El tapete del Ramón de Carranza necesita ahora mucho cuidado, sobre todo después de la celebración hace unos días del Campeonato de Alevines. No tanto por la cantidad de partidos que se jugaron sino por las gradas que se colocaron en el centro del campo así como las vallas colocadas alrededor del mismo.

En esa zona la falta de aire y luz del sol ha hecho que el deterioro sea importante y ahora toca recuperarla. Para ello se afana cada día el jardinero encargado de su trabajo. Un esfuerzo que quizás se vea totalmente recompensado cuando vea el dinero que se le adeuda de la pasada temporada. Todo su empeño está en que esté lo mejor posible tanto para el Trofeo Carranza en primer lugar como para el comienzo de liga.

Algo que sí ha conseguido en las instalaciones de El Rosal, donde éste presenta un aspecto impecable en los dos terrenos de juego de césped natural que posee.