La Jueza encargada de estudiar y aceptar el concurso de acreedores para el Cádiz C.F. SAD se encuentra de baja y los trámites podrían sufrir algún retraso.

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El pasado martes 6 de Julio el Cádiz C.F. SAD informaba oficialmente el inicio de los trámites necesarios para solicitar acogerse al Concurso de Acreedores o Ley Concursal, tras presentar los documentos necesarios para tal fin en el Juzgado de lo Mercantil de Cádiz.

En un principio no hay un tiempo determinado para que en este caso la Jueza apruebe o no para la entidad cadista el proceso concursal, pero la fecha del 31 de Julio está en el punto de mira de los gestores del club gaditano, ya que esa es la fecha tope para eludir cualquier posible descenso a Tercera División.

En caso de ser aprobada la solicitud la deuda quedaría reconocida y la denuncia de la AFE no afectaría en absoluto a la continuidad del Cádiz C.F. en Segunda División B, un hecho en el que ya existe jurisprudencia.

Es casi una contrarreloj, pero la aprobación de la Ley Concursal podría verse afectada en el tiempo y sufrir algún retraso, ya que según ha podido saber PORTALCADISTA, la jueza Nuria Orellana se encuentra de baja , aunque esto no debería ser ningún inconveniente para que el proceso continuara adelante, ya que la propia jueza aun estando de baja trabaja para agilizar dichos trámites.

Ahora tendría que dar traslado al Cádiz C.F. SAD de los defectos en la presentación y que éstos sean subsanados, algo que tendrá que ocurrir en un plazo de cinco días desde el momento de la notificación, una notificación que si no se ha producido ya debería producirse en los próximos días.

Si por cualquier causa el día 31 de Julio no estuviera admitida a trámite la solicitud el Cádiz o no estuviera presentada ante la RFEF (Real Federación Española de Fútbol), el club cadista tendría que hacer frente a la deuda contraída con los jugadores y denunciada ante la AFE para eludir el descenso de categoría a Tercera División, algo completamente descartado por los propietarios del club, pero que no deja de ser un temor ante la posibilidad casi nula de que pueda producirse.