Una lesión truncó la carrera deportiva del ahora empresario del mundo del fútbol.

Foto: portalcadista.com

El nombre de Quique Pina está profundamente vinculado al mundo del fútbol y es una de las personas mejor consideradas del panorama del balompié nacional. El ahora gestor deportivo del Cádiz CF tiene un pasado como futbolista con más oscuros que claros, pero a nivel empresarial es todo lo contrario.

Enrique Pina Campuzano nació en el barrio de San Andrés de Murcia el 20 de Enero de 1969 (tiene 42 años) está divorciado y es padre de tres hijos. Tremendamente supersticioso, a Quique Pina le gusta el pádel, la natación y por supuesto el fútbol, del que se considera un adicto, pero no un adepto.

Desde joven Quique Pina estuvo relacionado con el fútbol. Fue primero jugador, demostrando sus dotes de mediocentro en equipos como el Barinas CF de Murcia, con el que alcanzó la Tercera División, o el CP Mérida, con el que jugó en Segunda División B y en el que se tuvo que retirar tras sufrir una lesión de rodilla.

Tras dejar la práctica activa del fútbol, se encargó de representar a jugadores e intermediar como agente, figurando en su haber traspasos como el de Iván Helguera a la Roma, Saviola al Barcelona, Dani Güiza e Iván Campo, entre un sinfín de nombres conocidos y que tienen el denominador común de ser o haber sido "de Quique Pina".

En 1999 fundó el CF Ciudad de Murcia, con el que se marcó el objetivo de llegar al fútbol profesional, y no solo llegó a jugar en la Segunda División Española a los cuatro años de historia, sino que también estuvo a tan solo dos puntos de alcanzar la Primera División con un equipo que optaba a convertirse en el primer equipo de Murcia, por delante del Real Murcia CF.

Las desavenencias con el Ayuntamiento de Murcia fueron claves para que Quique Pina decidiera vender la plaza del club al no contar con el apoyo municipal que buscó a través de un convenio urbanístico que el alcalde calificó de un "auténtico disparate". Y es por eso por lo que se trasladó a Granada, donde el club cambió de nombre y pasó a llamarse «Granada 74 CF» y a ser propiedad de Carlos Marsá, presidente en aquel entonces del CP Granada 74, equipo del que adoptó el nombre y cuya situación creó un precedente dentro del fútbol español.

En el Granada 74 CF, Quique Pina fue director deportivo, encargándose de la gestión deportiva junto a Juan Carlos Cordero. Jugó en Segunda División, teniendo que trasladarse a jugar los partidos a la vecina localidad de Motril. En la categoría de plata se mantuvo una sola temporada, ocupando la plaza del 'renombrado' Ciudad de Murcia, y tras la cual descendía a Segunda División B.

Ya en Segunda División B, sin Quique Pina como gestor deportivo, el Granada 74 CF tenía que volver a cambiar de localidad, siendo acogido en el pueblo de Pinos Puente donde jugó sus útlimos partidos. Tras un año deambulando por la categoría de bronce, descendía a Tercera División para posteriormente desaparecer definitivamente. Mientras, el empresario murciano fue el hombre del Udinese en España, donde prosiguió con su actividad de agente e intermediario de futbolistas y hombre de confianza de la familia Pozzo.

Pero la unión entre Quique Pina y la ciudad de Granada no acaba aquí, ya que en 2009, y valiéndose de su amistad con la familia Pozzo, propietaria del Udinese italiano, embarcaba en el Granada CF. Fue gracias al acuerdo al que llegó Gino Pozzo para convertir el club en SAD (cosa que aún no ha sucedido al estar el club en un procedimiento concursal) y hacerse cargo de la deuda.

Quique Pina y Juan Carlos Cordero se hacen cargo de la dirección deportiva del club granadino, y el primero de ellos se convierte en Presidente. Tras configurar una plantilla de garantías, el Granada CF daba el salto en tan solo un año a la Segunda División, proclamándose campeón del Grupo IV de Segunda B. Y un año después ascendía a Primera División tras disputar la eliminatoria de playoffs de ascenso.

La fórmula del éxito ha sido su perfecta conjunción con el Udinese Italiano, club que cuenta en su haber con multitud de futbolistas y que llegaron en calidad de cedidos al club granadino.

Una fórmula que intentará aplicar esta temporada el CD Tenerife y el Cádiz CF, clubes cuyos propietarios han decidido ceder la gestión deporitva al tándem Pina-Cordero y que tienen una necesidad imperativa de llegar cuanto antes a Segunda División, ya que en el caso del club cadista está en juego la viabilidad como club más allá de los 101 años de historia.

En el Cádiz CF podría haber firmado por solo una temporada, pudiendo existir paralelamente un acuerdo de opción de compra del paquete mayoritario de acciones por parte de la familia Pozzo o el propio Quique Pina, cuya relación con Antonio Muñoz Vera es excelente. Pero en estos momentos todo es una incógnita, que se desvelerá muy probablemente en la rueda de prensa prevista para mañana en la que se pondrá cara a este acuerdo y que supondrá el punto de partida a esta nueva etapa del club cadista, con Antonio Muñoz detrás (por ahora) y con Quique Pina y Juan Carlos Cordero gestionando la parcela deportiva.