Tras el ascenso a Segunda División de la pasada temporada se escenificó la 'paz institucional' entre Manuel Vizcaíno y Quique Pina, primero con la aparición del todavía presidente de honor Juan José Pina en las celebraciones del ascenso, y luego con un frío apretón de manos de ambos en un acto convocado en la sala de prensa del estadio Ramón de Carranza.

Pero los conflictos institucionales entre el sevillano y el murciano han vuelto a reproducirse y en un momento crucial de la temporada donde la configuración de la plantilla que debe cumplir nuevamente el objetivo de la permanencia debería ser de lo único que se hablara. Pero no.

El pasado jueves 27 de julio nuevamente pudimos saber de este nuevo desencuentro, que en principio parece estar motivado a un retraso en la firma del acuerdo por el que Manuel Vizcaíno otorgaba a Quique Pina poderes para realizar gestiones deportivas.

Esta semana debería ser crucial para que los dos capitanes institucionales de ese barco llamado 'Cádiz CF' vuelvan a reencontrarse, o quizá no. Pero los días pasan, el club sigue hacia adelante con sus empleados dando la cara cada mañana, pero deportivamente de puertas para afuera todo está parado aunque de puertas para adentro Juan Carlos Cordero no se despegue del teléfono.

Lo que sí es seguro es el silencio oficial tanto de Quique Pina como de Manuel Vizcaíno, que no atienden entrevistas -de momento-. Ni tampoco Juan Carlos Cordero. Y mientras los tres callan, los aficionados cadistas no dudan en exteriorizar su lógica preocupación por la situación de un club, que antes que una Sociedad Anónima Deportiva, es un sentimiento y una forma de vida para los que se levantan y se acuestan pensando en amarillo y azul.