El Cádiz B supera en la segunda parte al descendido Cartaya .

Foto: portalcadista.com

El Cádiz B puso el epílogo a la liga en El Rosal en un partido que ha sido el mejor ejemplo del discurrir liguero del filial amarillo, sin pena ni gloria. Con esta victoria, cimentada en la segunda parte, los cadistas se aseguran terminar la liga en la parte media de la clasificación, a falta de saber lo que ocurra en la última jornada, cuando los amarillos visiten el campo de El Palmar de Sanlúcar de Barrameda.

El partido comenzó de forma sorprendente para lo que se esperaba a priori. Con el pitido inicial el equipo onubense se hizo con el dominio de la pelota aprovechando la excesiva relajación de los jugadores cadistas, que sólo eran capaces de llegar al área rival con contragolpes sin mayor trascendencia. Fruto del dominio cartayero llegaron sendas ocasiones en los primeros diez minutos que desbarató el meta Luis, la principal novedad en el once amarillo y el mejor en esta primera parte. Hasta el minuto 19 no llegaron los cadistas con peligro, en un cabezazo de Adrián que se marchó por encima del larguero. Con el paso de los minutos el partido se fue igualando, al igual que las ocasiones: a punto de llegar a la media hora, un centro del onubense Avelino es rematado por Mora pero nuevamente Luis salvó el gol. La respuesta local vino poco después en un centro desde la derecha de Pecci que Migue remata alto cuando lo tenía todo a su favor para inaugurar el marcador.

La segunda parte fue otro cantar. No habían transcurrido ni diez minutos cuando un error del debutante Luis propició que el Cartaya se adelantara en el marcador. El joven meta cadista fue a recoger un balón que se marchaba por la línea de fondo muy cerca del córner, pero, en vez de despejarlo, intentó conducirlo hacia su área, lo que aprovechó el visitante Fernando para arrebatarle la pelota y marcar a placer. Pero poco dura la alegría en la casa del pobre. La ventaja cartayera sólo duró tres minutos, el tiempo que tardó Adrián en empatar el partido tras rematar a puerta vacía un gran centro de Migue.

Con el gol del empate el partido fue un monólogo del filial y la remontada se mascaba, lo que confirmó Caballero en el 71 con un extraordinario lanzamiento desde la frontal que sorprendió al portero visitante. Once minutos después, Germán colocaría el 3-1 final con un gol “marca de la casa” rematando con el pie un córner desde la izquierda de Fran.

Reportaje de fotos: