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Foto: Archivo - portalcadista.com
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El día de la marmota. Cada partido del Cádiz B como local es una repetición del anterior y del siguiente. Los mismos errores, las mismas carencias, las mismas lagunas... y al final las mismas frustraciones porque al filial amarillo le cuesta la misma vida ganar un partido y, en la situación en la que está en la clasificación, ya sólo le vale sumar de tres en tres. Lo peor es que da la impresión de que así estaremos hasta final de temporada porque no hay nadie en los estamentos del club dispuesto ni tan siquiera a perder un minuto en un filial que va descendiendo sin frenos al desastre.
El último derby de la Bahía en El Rosal enfrentaba a los amarillos con un Racing Portuense en plena racha de resultados que le ha permitido encaramarse en los puestos de privilegio de la clasificación. En el once titular cadista sorprendía la presencia del balonista Gabi, que se situó en el centro de la defensa. Ángel Oliva intentó sin éxito incrementar la presencia ofensiva del equipo colocando en la mediapunta a un Lolo Armario que sigue sin justificar en el B su previsible ascenso al primer equipo.
Los primeros minutos fueron de igual a igual, con momentos de dominio para cada equipo y sin llegadas al área. El partido resultaba malo de solemnidad y no había motivo alguno que hiciera presagiar que hubiera goles. Sin embargo, cuando más se aburría el personal se adelantó el equipo visitante. Una falta lateral desde casi el centro del campo es rematada a placer por el central Isaac en el punto de penalty sin que ningún defensa cadista opusiera la menor resistencia. Son los típicos errores de concentración del Cádiz B que los equipos en estado de gracia no perdonan. Se cumplía el minuto 28 y un partido que hasta ese momento no había tenido ninguna historia, se volvía en contra por el enésimo regalo en defensa del filial. Tras el tanto, vinieron los típicos minutos de caraja cadista que bien pudieron ser aprovechados por los rojiblancos para sentenciar el partido. Justo es decir también que pudieron haber cambiado las cosas si en el minuto 44 el nefasto colegiado Sr. Jirona Arjona no se hubiese tragado un clarísimo penalty por manos de un defensor racinguista en su propia área. Un minuto después, ya al borde del descanso, de nuevo la defensa cadista hizo de las suyas regalando literalmente una doble ocasión para los portuenses.
La reanudación no ofreció ningún cambio en los onces aunque poco tardaría Ángel Oliva en introducir a Rubén Pérez y a Paris con la intención de cambiar la peligrosa dinámica del partido. De nuevo, el colegiado hizo de las suyas comiéndose la segunda tarjeta amarilla del portuense Carli en el minuto 60. Seis minutos después llegaría la primera ocasión importante del filial. Una falta lateral de Lolo Armario es peinada por Fran al segundo palo donde Rubén Pérez remata de cabeza pero Edu salva con un estirada providencial un gol que ya se cantaba. Los cambios de la segunda parte ya daban resultado. Dos tercios de partido tuvieron que pasar para que el equipo amarillo apareciera por el área racinguista y pusiera en apuros al meta rojiblanco. Por eso a nadie le sorprendió lo que ocurriría 5 minutos después. Un magnífico pase en profundidad de Lolo Armario deja a Javi Catalán frente al meta visitante que detuvo su lanzamiento inicial pero no pudo hacer nada con el segundo remate de Rubén Pérez que, tras rebotar en el palo, se coló en la portería. Puro gol del único delantero nato que tiene el equipo cadista en plantilla, pese a que el entrenador se empeñe en dejarlo en el banquillo de inicio.
A partir del empate, el partido se abrió y los nervios se apoderaron de los futbolistas de uno y otro equipo, con la inestimable colaboración del colegiado, que puso de su parte con una intervención que, a esas alturas de partido, rozaba lo calamitoso subiendo la intensidad nerviosa de jugadores, banquillos y grada. Esto repercutió en los futbolistas, que se olvidaron de jugar, más centrados como estaban en buscar la tarjeta para el rival. El principal perjudicado fue el Cádiz B, que tenía la dinámica positiva del gol del empate, a lo que sumaba la expulsión, poco después, del visitante Lolo Prado por agresión a Pecci.
Con el recital del árbitro y unos jugadores en permanente estado de excitación pasaban los minutos sin nada que reseñar concluyendo así el choque con un reparto de puntos que no dejó contento a nadie y menos a un Cádiz B que tiene que afrontar ahora un difícil calendario sin haber sido capaz ni salir de los puestos de descenso. El filial cadista sigue asomándose peligrosamente al abismo y no ofrece síntomas de mantener la categoría. Sería un lamentable colofón a ese supuesto proyecto de cantera tan vendido por los dirigentes de la entidad cadista.
FICHA TÉCNICA:
CÁDIZ C.F. “B”- 1. Ricardo (1); 2. Pecci (2); 3. Antonio (0); 4. Gabi (0); 5. Rubén Díaz (1); 6. Víctor (1); 7. J. Catalán (1); 8. Juanito. (0); 9. Fran (1); 10. Lolo (1); 11. Diego (1).
Cambios: Paris (1) por Antonio y Rubén Pérez (2) por Gabi (min. 51).
R. C. PORTUENSE - 1. Edu (1); 2. Carli (1); 3. Ezequiel (1); 4. Juanma (1); 5. Isaac (1); 6. Peces (1); 7. José A. (2); 8. Lolo (1); 9. Curtido (2); 10. Abel (2); 11. Piñero (1).
Cambios: Villalustre (0) por Pedro Curtido (min. 61), Kike (0) por Piñero (min. 80) y Jesuli (s.c.) por Abel (min. 91).
ÁRBITRO: Sr. Jirona Arjona (Córdoba). Muy mal. Expulsó al visitante Quique y al entrenador del Racing Portuense. Mostró cartulinas amarillas a los cadistas Pecci, Víctor, Lolo Armario, Ricardo, Javi Catalán y Juanito y a los racinguistas Carli y Abel.
INCIDENCIAS: Partido de la vigésimosegunda jornada del Grupo X de Tercera División disputado en el Campo Macarty ante unos 300 espectadores, con mayoría de seguidores visitantes. Tarde nubosa y fria.
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