Las lesiones son el pan de cada día en el mundo del fútbol. No entienden de edades, ni de categorías y por supuesto de momentos. Siempre son inoportunas. A principios de octubre, en un partido del Grupo X de Tercera División que el Cádiz B disputaba ante el Atlético Espeleño, el lateral derecho Migue García sufría un fortuito golpe que le dejaría en el dique seco. La rodilla en jaque y había que actuar.

Sufrió una rotura parcial del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, pasando el 10 de octubre por quirófano no sin antes renovar su contrato con el Cádiz CF hasta el 30 de junio de 2020. Un gesto bello del club con el zaguero malagueño para apoyarle y animarle en una dura etapa de recuperación que ya lleva seis semanas consumidas. Los plazos se van quemando poco a poco.

La meta para su recuperación total está puesta en el mes de abril, por lo que podría llegarle como regalo de su 23º cumpleaños estar disponible para el cuerpo técnico. Para estar al mejor nivel en esta fecha, Migue sigue trabajando a destajo con Marta Ramírez, fisioterapeuta del filial. Da igual el clima, pues esta misma mañana ambos no dudaron en meterse en la piscina de la Ciudad Deportiva El Rosal para trabajar, como ya ha ocurrido otras veces.

Más adelante, cuando su rodilla derecha muestre una mejoría mucho más notable, pasará a las manos del readaptador, que podría ser Costa, para ir cogiendo poco a poco la dinámica del resto de sus compañeros y volver con la mejor de las garantías a pisar el césped con la camiseta del Cádiz B, con la que el año pasado se quedó a las puertas de lograr un histórico ascenso a Segunda División B.