Otra demostración de impotencia del Cádiz B en el duelo de filiales (0-1)

El Cádiz B no ha sido capaz de ganar en casa desde hace dos meses.

Antonio del Hoyo - 17.01.2010

No sólo en el primer equipo, también se encienden las alarmas en el Cádiz B. El filial volvió a caer derrotado en su terreno de juego, donde acumula ya dos meses sin conocer la victoria. Fue allá por el 15 de noviembre cuando los amarillos sumaron sus últimos tres puntos como locales con un gol del ex cadista Javi Catalán frente al Ayamonte. Desde entonces se han disputado nueve jornadas de liga con el desolador balance de una victoria (a domicilio ante el colista), cinco empates y tres derrotas.

Tras el partido de hoy se podría hablar de la nefasta actuación del colegiado onubense Núñez García, que dio una lección de parcialidad arbitral durante los noventa minutos. Como muestra un botón: en un partido donde se registraron entradas duras por parte de ambos equipos mostró una tarjeta roja y siete amarillas a los cadistas frente a una sola para los visitantes y por simular un penalty. Sin embargo, la realidad es que el equipo cadista sigue naufragando pese a las expectativas puestas en una temporada que en sus inicios se presentaba cuanto menos esperanzadora. Y ello ante la impotencia de un Ángel Oliva que parece sentirse incapaz de sacarle mayor fruto a este equipo.

El encuentro comenzó con el filial sevillista poniendo cerco al área rival. A los ocho minutos el jovencísimo Luis Alberto saca un potente disparo que se marchó a la derecha del marco del ex bético Ricardo. En el 24, otra vez tuvo que intervenir el meta gaditano para despejar un lanzamiento lejano de Juan Guerra que buscaba la escuadra. La reacción local vino cinco minutos después gracias sobre todo al buen trabajo en la banda derecha de Diego, una de las novedades del once titular amarillo. Una buena incursión suya concluyó en un centro que no supo aprovechar el inoperante Amarilla cuando lo tenía todo a su favor. En el 33, el colegiado comenzó su repertorio anulando un gol a Dani Hoyos por un discutible fuera de juego previo de Amarilla. Eran minutos de superioridad absoluta del Cádiz B, que explotaba la banda derecha con las entradas de Diego y el apoyo de Pecci. Sin embargo, todo quedó en un espejismo y el filial cadista volvía a acreditar sus carencias ofensivas dilapidando sus mejores minutos sin consecuencias en el marcador.

La reanudación no trajo cambios en los onces pero sí en el tanteo. Sólo habían transcurrido cuatro minutos cuando el isleño del Sevilla Ñoño recibió un balón en el área y, aprovechándose de la pasividad de Germán, se revolvió muy bien para batir a Ricardo de disparo raso cruzado. Enorme calidad la de este chaval que, con sus 21 años, se erigió la pasada temporada en uno de los máximos goleadores del Grupo pese a estar en el descendido Chiclana. El Cádiz se interesó por él durante el verano pero era demasiado tarde porque el chico ya tenía conocimiento del interés del Sevilla. Una demostración más de que algo no funciona bien en las secciones inferiores cadistas.

El filial amarillo intentó reaccionar poniendo cerco al área visitante pero, una vez más, la lentísima circulación del balón, la falta de mordiente arriba y las imprecisiones en el centro del campo cortaban cualquier intento de sorprender a la bien colocada defensa hispalense. Incluso pudo ser peor si en el minuto 60 otra vez Ñoño hubiese aprovechado una contra pero esta vez Ricardo pudo con él en el uno contra uno. Poco antes se produjo el debut en el equipo de David Rodríguez, llegado del Polideportivo Ejido para cubrir el hueco que ha dejado Javi Catalán con su sorprendente despedida. El tiempo que estuvo en el campo demostró que viene con ganas de hacerse un hueco en el once titular.

Para colmo de males, en el 73 Germán se autoexpulsó por una absurda agresión a un rival. En los últimos minutos pudo llegar el empate si no hubiese aparecido el inoportuno pie de un defensor sevillista que despejó el lanzamiento del debutante David cuando ya se cantaba el gol. Sin más ocasiones reseñables, el partido se fue muriendo ante la impotencia de un Cádiz B víctima de sus propias carencias. Con esta nueva derrota los amarillos se olvidan definitivamente de la lucha por los cuatro primeros puestos y se meten en pleno purgatorio clasificatorio, más cerca de los de abajo que de los cuatro primeros puestos. Esperemos que este purgatorio no sea un paso intermedio hacia los infiernos y de la forma más digna posible se termine otra temporada para olvidar.

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