El filial amarillo vuelve a caer derrotado en casa y terminó con 9 jugadores.

Foto: portalcadista.com

El filial cadista cayó derrotado en El Rosal ante el Marinaleda, un buen equipo que sin embargo tuvo su mejor aliado en la actuación del nefasto colegiado onubense Sr. Rodríguez López. En un principio de semana muy enrarecido tras la expulsión del equipo de Bienve, Goku y David Fernández los amarillos caen de nuevo derrotados en su campo y se mantienen en la zona media baja de la tabla clasificatoria sin más aspiraciones que poner punto y final a la temporada de la forma más digna.

Sin embargo, el encuentro no pudo comenzar mejor para los intereses amarillos. Sólo habían transcurrido ocho minutos cuando se puso en marcha la sociedad de los Gallardo. Una subida desde la izquierda del linense Javi Gallardo, que salió como lateral izquierdo, acaba en un centro que es aprovechado por el otro Gallardo, el isleño Adrián, que de testarazo supera la salida en falso del meta Casi. Tras el tanto amarillo el partido se desarrolló en el más absoluto sopor lo que beneficiaba a los intereses locales. El Marinaleda perdía el balón con excesiva rapidez lo que facilitaba que los locales controlaran el partido sin apuros. Pero en el minuto 34 apareció el colegiado onubense Rodríguez López condicionando de forma decisiva el partido con la inexplicable expulsión del lateral amarillo Garrido, supuestamente por retrasar un saque lateral. A partir de ahí el equipo sevillano se hizo dueño y señor del partido aunque hasta el descanso sólo pudo contabilizar una ocasión en su haber, la que tuvo Oliver a falta de dos minutos para el descanso pero no pudo superar a Ricardo en el uno contra uno.

La segunda parte tuvo un comienzo muy similar a la primera pero en esta ocasión la fortuna sonrió a los rojiverdes. Una pérdida absurda del centro del campo cadista propicia una contra de los visitantes que resuelve Fito en un lanzamiento desde la frontal que el meta Ricardo no consigue despejar. Con las tablas en el marcador y la superioridad numérica de los sevillanos el partido parecía decantarse hacia los intereses visitantes. En el minuto 61 el portero cadista desbarató una doble ocasión en los mejores minutos de un equipo sevillano que por fin empezaba a demostrar por qué es el equipo revelación de la categoría. Así, no era extraño que llegara el gol que culminara la remontada visitante. En el minuto 68, un regalo absurdo de Amarilla es aprovechado por Bubu para ganarle la espalda a su par, plantarse en el área y meter el pase de la muerte a Casco que no desaprovechó la oportunidad de poner por delante a su equipo.

Pese a la inferioridad numérica y en el tanteo, el Cádiz B se lanzó al ataque y pudo empatar sólo tres minutos después en una clarísima ocasión de Germán que no pudo precisar su remate. Los últimos minutos del partido fueron un monólogo de los locales en busca de un empate que hiciera justicia. A siete minutos para el final Rubén Díaz tuvo en sus botas la mejor oportunidad para lograr el empate en un doble remate desde el interior del área que salvó milagrosamente el meta visitante. El filial siguió intentándolo pero la autoexpulsión, esta vez justa, de Caballero acabó con las pocas esperanzas de los jóvenes jugadores cadistas. Al final, victoria para el que más lo necesitaba en un partido condicionado decisivamente por la actuación arbitral. Y es que vale más que nunca el dicho de que es muy fácil pitar en El Rosal.