La polémica está servida en la Segunda División Femenina, y el caso es bastante complejo. Se dan las circunstancias de que hay una plaza libre en el grupo cuarto de esta categoría por el descenso obligado del Santa Teresa B, arrastrado a Regional por el descenso desde LaLiga Iberdrola de su primer equipo, que ha quedado último en la tabla y que se une al movimiento de plazas que también provoca el ascenso a la máxima división del Málaga.

Los cambios naturales en este grupo, que actualmente cuenta con andaluces, extremeños y ceutíes, son los descensos de Puerto de la Torre (Andalucía), Daimiel (Castilla-La Mancha) y Polillas (Ceuta) por los ascensos de Málaga B (Andalucía), Castuera (Extremadura) y Luis de Camoens (Ceuta). Hasta ahí, todo bien. Se van tres, entran tres.

El problema aparece cuando hay una vacante libre por el ascenso a Primera División del Málaga. Del primer equipo. En este caso, un subcampeón ocuparía su lugar en la división de plata. La lógica dice que por territorio debe ser el Cádiz, ya que, además, el Santa Teresa B cubre el hueco que deja libre el Castuera con su ascenso en el grupo extremeño de Regional.

En Extremadura dan por hecho que el Peña El Valle, subcampeón en la final ante el Castuera, ocupará una de las plazas, mientras la web de la Federación de Ceuta parece descartar una plaza para su territorio. Por tanto, Andalucía y Extremadura mantienen una lucha para ocupar la plaza que deja el conjunto malagueño. Habrá que tener paciencia y esperar.