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Respiración asistida |
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25.12.2010 |
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El pasado jueves podría haber sido un día de compras típico de los pre-navideños, pero no. Ese día toda la atención se centró en la Junta General de Accionistas del Cádiz C.F., el único sitio donde, a priori, se puede a conocer a ciencia cierta el estado de salud del club que da nombre al equipo de fútbol de nuestros amores… aunque bueno, permitidme que lo pueda poner en duda.
Se nota la crisis… pero bien. Si años atrás a los miembros de la prensa que cubrimos el acto se nos repartía las fotocopias de los informes de auditoría y de gestión, este año no fue así. Y hubo que esforzar mucho la vista para no confundir las cantidades proyectadas en pantalla. No era extraño que al final de 58 se confundiera con 85, o que 10 con 13. Para hablar de números ya están los expertos, eso está claro.
También hubo que esforzar el oído para en la textualización no escribir palabras que no se pronunciaron. Así, en el informe de gestión, se valoraron mayoritariamente los aspectos deportivos, pero escaseó la autocrítica en lo económico. Eso sí, no faltó recordar “el desequilibrio que se venía arrastrando desde la temporada 2007-2008”… Cuánto daño hizo Arturo Baldasano…
No faltaron las preguntas de algunos accionistas ‘minoritarios’ ávidos de conocer la realidad del club, ni las respuestas tanto de los miembros del Consejo de Administración como de alguna otra persona que ya no está en él y que aún creo que tiene mucho que decir.
En definitiva, que no sé en qué estado de salud se encuentra el Cádiz. No sé si el muerto está vivo o si el vivo está muerto. Si está agonizando o está resucitando. No puedo negar que me angustia pensar en el futuro de mi equipo y que la sensación que tengo es que el Cádiz no es más que un enfermo en cama atado a una máquina de respiración asistida.
Espero equivocarme o, mejor dicho, que el ‘soberano’ Consejo de Administración me dé razones para cambiar de opinión.
¡¡¡Felices fiestas!!!
Jesús Manuel López Capell