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Diario de un Consejero (I) |
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26.01.2011 |
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4 de agosto de 2010. ¡Qué ilusión! Me ha llamado esta mañana. Quiere que sea consejero. Por lo visto, un día le comenté que lo íbamos a tener muy difícil para ganar en Anoeta y al final perdimos ampliamente. Dice que le sorprendió mi seguridad y que el club necesita ahora gente como yo, profesionales cualificados que además sepan de fútbol. Es cierto. Todos los fines de semana veo tres o cuatro partidos por la tele y eso, sin duda, me ha dado sabiduría futbolera. Le pregunté que por qué se iba y me contestó que la afición es muy ingrata y novelera y quiere ver caras nuevas. Como no entienden de mayorías accionariales ni de nada, en cuanto vean que él se retira y el club lo empieza a dirigir gente como yo, tan preparada, se ilusionarán otra vez y acudirán en masa a sacarse el abono. Le comenté también lo de la Ley Concursal y me dijo que era un trámite sin importancia porque el club tiene algunas deudas, como casi todo el mundo por la crisis. Sí, creo que tiene razón. Además, eso de mandar en una entidad tan importante, reconozco que me hace “ilu”. Al llegar a casa lo hablé con Encarni. A ella no le convence mucho aunque se le escapó una sonrisilla cuando le dije que saldría en la prensa y compartiría palco y actos sociales con famosos, políticos y lo más granado de la sociedad. Al final me ha dicho que haga lo que quiera. Creo que voy a aceptar. Le dije a él que le contestaría en unos días pero mañana mismo le llamo para darle el sí quiero. No sea que se arrepienta o se decida por otro porque esto de ser consejero debe estar muy cotizado…
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21 de enero de 2011. ¡Qué marrón! Hoy me he reunido con los de la contrata de limpieza y me han vuelto a decir que quieren negociar con él. Y por mucho que les recordaba que ahora somos nosotros los que mandamos, no se lo creen. He tenido que llamarle a él y me ha respondido que ya se había hecho cargo del tema, que no me preocupara. Siempre pasa lo mismo. El equipo no está dando la talla y la afición sigue de uñas y nos llama marionetas. Muchos no van al estadio y eso que no paramos de pedirles que vuelvan y hasta hemos bajado los precios. Pues nada, ni por ésas. No podemos gastar un duro por culpa de la Ley Concursal y, a veces, cuando decidimos hacer algo, suena el teléfono y hay que hablarlo de nuevo. Ayer, Manolo, el de la empresa de bebidas, me soltó que a él también le ofrecieron mi cargo pero que no lo aceptó. Lo mismo que me dijo el del seguro. Y para colmo, ahora sale lo de la Seguridad Social. Dicen que no me afecta pero estoy asustado. Me veo que me quitan el chalet de Chiclana. Encarni está que se sube por las paredes y no para de decirme que salga de ahí. Sólo me relajo cuando llega el sábado y me echo en el butacón a ver los partidos de Primera y Segunda. Salen unos estadios tan bonitos…
Antonio del Hoyo