Na de na

02.02.2011

7, 2, 8. No son las últimas cifras del número premiado en el sorteo de la ONCE. Ni un nuevo servicio sms. Tampoco un problema matemático. Es el bagaje obtenido por el Cádiz desde octubre: 7 victorias, 2 empates y 8 derrotas. Convendrán conmigo en que son números para estar en zona media de la clasificación y no entre los cuatro primeros. Si el Cádiz sigue arriba es por un excepcional mes de septiembre, con 5 victorias y un empate. Por eso, no puedo decir que el Cádiz está en crisis en las últimas jornadas porque, hasta ahora, este equipo casi no ha conocido otro estado que no sea de crisis, con la excepción de aquel septiembre mágico. Quién lo diría cuando tanto se le criticaba entonces.

Foto: portalcadista.com

Con la apertura del mercado de invierno y resueltas las denuncias de Álvaro Silva y Cifu, los responsables técnicos del club intentaron reforzar el equipo ante lo que parece evidente, que con lo que había en el vestuario no íbamos a llegar muy lejos. No han ocultado sus pretensiones: futbolistas de ataque. Parece que las intenciones de José González eran las tener una alternativa a Pachón y la de bajar al mediocentro a Carlos Caballero para contar con un mediapunta de más recorrido y más gol que el madrileño, caso de Perona. No se equivocaba y lo hemos comprobado en los dos últimos partidos. En La Condomina, ante todo un Murcia, y en Carranza ante el Almería B. Dos partidos muy diferentes pero con idéntica conclusión. Al Cádiz le falta fútbol en el centro del campo. La dupla Álvaro Jurado – José Miguel Caballero no tiene capacidad para crear juego y, salvo que juguemos al boleón y tentetieso, un equipo sin centro del campo no es equipo sino un grupo de jugadores con mayor o menor voluntad (en este caso, no mucha). En Murcia, el Cádiz le dio la iniciativa al equipo local pertrechándose en defensa en un alarde de concentración y compromiso que ya nos gustaría que mostraran siempre. Contra el filial del Almería no bastaba con una buena defensa. Había que crear fútbol y ahí el equipo naufraga. Ya lo saben los jugadores, que ven impotentes como apenas reciben balones dignos y que su fútbol es tan previsible que resulta casi imposible coger desprevenida ni tan siquiera a la peor defensa de Segunda B.
 
Concluyó el mercado de invierno y definitivamente el cambio de rumbo se encomienda a Antonio Moreno, la alternativa de Pachón, y a Juanse, un fichaje más de futuro que de presente. Al final, Perona se quedó en Oviedo y en el Cádiz no tenían alternativa. Así que nos quedamos con na. Pero na de na.

Antonio del Hoyo