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Fe |
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27.05.2011 |
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Fe, el significado de esta palabra viene a ser, explicado en palabras simples, la capacidad de creer en aquello de lo que no tienes pruebas o capacidad de conocimiento. A lo largo de los siglos, la fe le ha servido al ser humano para lograr grandes cosas. Más allá de ser una herramienta religiosa, la fe puede llegar a convertirse, usándola convenientemente, en una herramienta social. Dicen que la fe llevó a ejércitos de sólo unos cientos a derrotar enemigos que se contaban por miles.
La manera de conseguir esto es bien sencilla. Se trata de creer en una idea, todos, sin dejar que las contrariedades, internas o externas, consigan derrocarla. Cada uno en su papel, cada uno dando el máximo de si para alimentar esa idea, dándole forma entre todos. Mezclando el punto exacto de esperanza y buenas intenciones. Así creo que se abrió paso la libertad también en muchos países para llegar a ser lo que son en la actualidad. La fe mueve montañas. Y simplemente se trata de eso, de fe, que no es algo que cueste dinero siquiera. Eso sí, tendríamos que ser la mayoría de la masa social la que estuviera decidida a tener fe si quisiéramos llegar a hacerlo realidad.
Sé que a estas alturas resulta algo un poco complicado depositar un poco de fe en el Cádiz. Nada es halagador si nos ponemos a mirar hacia el horizonte. Pero yo creo que tendría que ser por eso. Para encender la fe hace falta una llama y en la situación del Cádiz podría ser precisamente eso, des nublar el incierto horizonte en pos de despegar hacia una nueva era, con un estadio de primera, con una nueva directiva y nuevos propietarios, respirando el mismo aire de deportividad y señoría de siempre en las gradas del Carranza. Tan solo sería creer en eso. Y usted se preguntará, ciudadano, que gana usted y el Cádiz comprándome la moto que llevo una parrafada intentando venderle. Pues bien. Le puedo asegurar que si nueve de cada diez lectores me hiciera caso, suponiendo que me lea toda la masa social del Cádiz esto llevaría a pensar que es necesario el ascenso pero que realmente, lo podemos conseguir. ¿Por qué no? Dependemos de nosotros mismos, hemos sumado 18 de los 18 puntos posibles en las 6 últimas jornadas. Podríamos incluso quedar segundos. En España los equipos ya clasificados para los play off no quieren ver el amarillo ni en pintura.
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Entonces ¿Por qué no? ¿Por qué no hacerle caso a este pobre loco que sólo le pide una cosa fácil? Fe. ¿Sabía que la fe es contagiosa? Pues lo es amigo. Y en cuanto la afición pase a tener fe, el equipo y la prensa se van a dar cuenta y entonces ellos también van a decir ¿Por qué no? ¿Por qué no iluminar el futuro de nuestro equipo con un ascenso que lleve también a limpiar la desastrosa temporada del centenario? Piénselo ¿Por qué no?
Quique Lafuente Almagro