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Otro punto y gracias |
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07.09.2011 |
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Sporting, el orgullo de Villanueva del Fresno. Así reza la leyenda que se puede leer en el muro lateral de su campo de deportes. Debe ser verdad porque tiene muchísimo mérito que el club de una localidad de poco más de tres mil habitantes comparta categoría con clubes de la entidad de Cádiz, Jaén, Oviedo, Tenerife o Albacete. Allí se plantó el equipo amarillo dispuesto a hacer valer su teórica superioridad para acabar por volverse con el rabo entre las piernas y casi dando gracias por el punto cosechado. Otro punto pero con peores sensaciones que los dos anteriores. Se puede hablar, y Jose ya lo ha hecho, de las dimensiones del terreno de juego, del estado del césped y por supuesto del árbitro, pero un servidor que presenció el partido vio a un equipo blandito, sin argumentos ni alternativas de ataque y sin capacidad para responder a las exigencias del partido. Por momentos, los futbolistas amarillos parecían fichas de futbolín porque nunca salían de su lugar en el campo: los mediocentros siempre en paralelo, los extremos en sus bandas, los defensas atrás... sólo había más movilidad por parte de los delanteros pero siempre recibiendo el balón de espaldas a portería y con varios defensores presionándoles. Esta pasividad en el ataque cadista fue de gran ayuda para un Sporting Villanueva disciplinado en defensa y que basaba sus opciones de gol en el cuerpo a cuerpo de su delantero-tanque Lezaun, quien por cierto trajo él sólo por el camino de la amargura a la pareja de centrales del Cádiz. De su trabajo y de las segunda y terceras jugadas, que casi siempre las tenía, llegaron las mejores ocasiones del equipo extremeño. Mientras, los cadistas eran la impotencia personificada y daba la impresión de que ni jugando tres partidos serían capaces de perforar la meta local.
El pasado sábado Jose González afirmó que no le preocupaba el estado del terreno de juego y que no había excusas para no ganar. También dijo que si no se conseguían los tres puntos era normal que hubiera críticas. Pues ahí van: llevamos tres semanas de competición y el equipo no da sensación de estar trabajado. No se circula el balón con velocidad, no hay alternativas de ataque ni movilidad alguna, cuesta una barbaridad crear ocasiones en jugadas. Es inexplicable que Moke estuviera 75 minutos en el terreno de juego cuando no aportaba nada en ataque ni tampoco en defensa, por el juego directo de los extremeños. No pasa nada. Estamos en la tercera jornada y queda un mundo pero hay que empezar a ser más exigentes con este equipo y con quien les dirige. El próximo examen, el miércoles en la Copa del Rey.
Antonio del Hoyo