Comenzar ganando es siempre para un equipo tan remodelado es algo positivo y el Cádiz lo conseguía ayer de manera clara. Aunque lo hiciera ante un recién ascendido que quiso y dejó jugar, es para estar contentos. Y esa es la sensación que dejó el conjunto de Monteagudo en su primer envite liguero.
Evidentemente no todo va a ser tan fácil como el Loja, mucho menos aún fuera de Carranza, pero trabajar para mejorar con los tres puntos en el bolsillo es mucho más fácil. El equipo mostró virtudes como la intensidad, la rápida circulación de balón y su hambre a la hora de recuperar el balón. Todas ellas son del agrado de la grada y así ésta se lo recompensó durante y tras el encuentro. Ayer se vio a un Cádiz con chispa en el ataque y mono de trabajo en la defensa, algo que todos deseamos que se mantenga durante la temporada.
Quedan cosas por pulir. Y muchas. La lógica falta de compenetración entre compañeros que lo son desde hace muy poco es patente. El tiempo debe limar esa arista de manera irremediable. O los minutos en los que el equipo se desarmó atrás tras la lesión de Albentosa y la salida como central de Moke.
Lo peor del partido estuvo fuera del ámbito deportivo. Videomarcadores que no funcionaron, varios problemas para los profesionales que tienen que cubrir la información del partido en un nuevo estadio que no puede permitirse esos fallos y la falta de acceso para la salida de aficionados de algunas gradas para abandonarlas después del partido. Si a los fallos futbolísticos estamos seguro que sus responsables pondrán remedio, de igual manera debe suceder con los otros.
Miguel Ángel Vallecillo
Redactor de Portal Cadista
@mavallecillo