Cómo se juegue, a mí personalmente me da igual: balones largos, pases cortos, presión para hacerte con el balón, dejárselo al rival para salir a la contra, etc. Repito, me da igual. Pero hay que jugar a algo y en Almería no se atisbó siquiera una idea clara de juego. Tampoco sé si el cambiar el sistema de juego hasta tres veces desde que comenzó la liga puede ayudar a los jugadores a la hora de desarrollarlos sobre el césped. No soy entrenador y no voy a entrar en esas valoraciones. Pero lo visto ayer en el Estadio del Mediterraneo no fue nada agradable para los ojos de este aficionado. Sólo fuimos capaz de imponer algo de juego en el tramo final del encuentro, y no fue por méritos nuestros, sino porque el rival se quedó con nueve jugadores.

Si tomamos como referencia el último año del ascenso, la primera de esas “mini-crisis” apareció en el preciso instante de comenzar la competición. Los de Espárrago cosecharon sendas derrotas ante Eibar (2-1) y Lleida (0-2) en las dos primeras jornadas. Parecía que se iba a acabar la liga en ese instante pues las voces discordantes en torno al técnico sonaban con mucha fuerza (voces que habían comenzado a oírse incluso desde su contratación). Pero el uruguayo y sus jugadores supieron capear esa situación con cuatro victorias (Almería, Nastic, Murcia y Celta) y dos empates (Sporting, Recre) en las siguientes seis jornadas. Las soluciones vinieron a través de cambios de hombre, cambios tácticos y del mensaje de tranquilidad y confianza en la plantilla por parte de Víctor Espárrago que no se cansaba de repetir de puertas para afuera.

Bien es cierto que no existía la presión añadida del objetivo del ascenso como ocurre este año. Pero Oli sabía de esa presión y aceptó el reto con esa circunstancia añadida.

Hay cosas que arreglar y aspectos del juego que aclarar. Eso parece indudable. Pero hay que mantener la calma y solventar con buen tino estas vicisitudes propias de una competición tan larga y tan difícil como es la categoría de plata del fútbol español. A Oli le sobra experiencia de fútbol y sabe que estas cosas forman parte de este deporte. Ni mucho menos le habrá cogido de sorpresa al asturiano.