La FIFA podría utilizar la tecnología, pero sólo para el gol fantasma
A algunos les parecerá demasiado y a otros escaso. Yo me encuentro entre estos últimos. El fútbol ha evolucionado mucho tanto en velocidad, en complejidad, como en relevancia. Los intereses que se mueven en un partido cada vez son más cuantiosos. Resulta curioso que en este deporte dominado cada día más por la televisión, los últimos en enterarse de los errores sean precisamente los que los han cometido. Mientras el árbitro continúa con su labor ajeno a todo, millones de espectadores saben con seguridad si el balón ha traspasado una línea, si un penalti fue tal o si un jugador consigue un tanto en posición de fuera de juego.
Arbitro de la NFL revisando una jugada a petición de un equipo
Un buen sistema, siempre para el fútbol profesional, es el de otorgar a cada equipo de dos oportunidades a lo largo del partido para pedir que los árbitros revisen una jugada a través de monitores de televisión. No se perdería más tiempo que el que se suele perder sacando tarjetas por protestas tras una jugada dudosa. Es algo innegable que el balón cada día se mueve más rápido y los jugadores se desplazan cada vez a mayor velocidad. Por el contrario, el ojo humano (el del árbitro) sigue siendo igual de lento. Si hay ojos que todo lo ven, que pueden grabar lo visto, repetirlo hasta la saciedad o incluso congelar una imagen el tiempo que haga falta ¿por qué no ponerlo al servicio de los árbitros y, por lo tanto, del fútbol?.
Tarde o temprano terminará ocurriendo de manera inevitable. No alarguemos más ese tiempo. Para acelerar estas medidas, sería mejor que los propios árbitros sean los que las pidan de manera inmediata. Sería la mejor manera de lavar su imágen y demostrar que su deseo es que sus decisiones se acerquen cada día más a la justicia y no en convertirse protagonistas absolutos de un partido.
