Yoni Weiss/portalcadista.com
Segunda jornada del campeonato nacional de Liga y muchos cadistas comienza su particular viaje por lo que hemos denominado “La Montaña Rusa”. El estado de ánimo se sitúa a nivel del resultado obtenido en la jornada. Y eso, en esta recién comenzada liga resulta tan injusto como poco real.

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No podemos pasar del subidón de la pasada jornada al bajón tras la derrota en Tenerife. Somos muy dados a pasar del todo a la nada y pocas veces nos paramos a mirar las cosas con la mesura y rigor que se requiere. A todo eso hay que sumar a los que están escondidos con el palo detrás de la cortina y esperando el más mínimo error para atacar con saña a los que tiempo atrás adoraban.

Miren ustedes. Por más que la afición quiera, no se pueden ganar los 42 partidos de liga, sencillamente porque a lo largo de la historia nadie consiguió ganar todo lo que jugaba. Se perdió un partido… ¿y qué?... aún quedan alguno más que perder y eso a estas alturas no significa nada. Han llegado un total de nueve jugadores nuevos, más De La Cuesta y aún se tienen que acoplar y entenderse con los compañeros que quedan de la pasada temporada. A todo esto hay que añadir que por parte del entrenador se pide otro esquema de juego, con más posesión del balón y otros conceptos futbolísticos que hacían años que no se apreciaban por estos lares. Queda desterrado el pelotazo y eso sería ya de por sí motivo de alegría para la parroquia cadista.

Mariano García Remón es consciente de que su equipo ayer no hizo un buen partido y por tanto sabe de sobra que tiene que dotar al equipo con hombres que sí estén dotados para dar al balón la fluidez necesaria como para generar ocasiones a los delanteros centro. Lo sabe y lo hará. Lo que ocurre en este caso es que la línea que más débil funcionó en la primera jornada (doble pivote) no podía modificarla al haber llegado la incorporación de Parri sobre la bocina.

Por otra parte, hay dos cosas que no me gustaron nada en el partido de ayer. La primera fue el menosprecio que Fleurquin le hizo al entrenador al producirse su relevo en el campo. Un profesional de su experiencia tiene que saber acatar las órdenes de su entrenador, máxime cuando el Mr. pretende hacer lo mejor para el equipo y más aún tratándose de una persona tan respetuosa con sus subordinados como es Mariano García Remón. El otro caso que quiero denunciar también se produce por una falta de respeto de un periodista hacia un jugador, y todo ello enarbolando la vil arma de “la venganza”. Es cierto que Gastón Casas no estuvo ayer afortunado, como tampoco lo estuvieron muchos jugadores cadistas y no se cargaron las tintas contra ellos de la misma forma. Desde luego, si este periodista pretende usar la misma estrategia que años atrás usara contra Víctor Espárrago, me conformaría si el resultado final fuera el mismo, el ascenso. Pero en este caso no creo que sea comparable, ya que mientras D. Víctor sabía lidiar con esta clase de ganado, a un jugador le puede hacer mucho daño el hecho de que desde un medio radiofónico se esté permanentemente cargando contra él por el simple hecho de no haber atendido una llamada de teléfono. Siempre que se produzca un abuso por parte de alguien procuraré aprovechar mi columna para denunciarlo.

Como conclusión final a esta jornada me queda el hecho de que perder un partido en Tenerife, además de entrar dentro de la lógica, nos va a hacer poner los pies en el suelo y no creernos el ombligo del mundo. Confío plenamente en esta plantilla y en este cuerpo técnico y sé positivamente que los éxitos solo vienen avalados por el trabajo en equipo.