Yoni Weiss/portalcadista.com
Son muchos los conceptos que volvían a Carranza tras la pertinaz sequía de victorias que arrastraba el equipo desde que se produjera la visita del Salamanca. Volvía al palco por tercera vez Antonio Muñoz y su séquito para poner fin a un club descabezado en lo institucional. Volvía Abraham Paz, con nuevo y atrevido look, para arreglar el casillero de goles a favor, que se encontraba con unos números paupérrimos. Volvía el equipo a terminar un partido con todos sus efectivos en el campo. Volvía el graderío a gritar ¡¡¡GOOOL…!!! y por dos veces. Volvían a marcharse los aficionados del estadio con una sonrisa de oreja a oreja merced a la importante victoria lograda. Y lo mejor de todo, volvía el balón amarillo que tan buen resultado le ha dado al Cádiz desde que se inventara lo del “balón de invierno”.

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Analizando los resultados obtenidos en las últimas temporadas por el Cádiz con este balón, observamos que curiosamente el Cádiz C.F. obtiene muy buenos números y rachas con este balón. ¿Puede ser casualidad? Personalmente, creo que no y la mejor forma de demostrar esta teoría es fijarnos en los datos anotadores que se han producido esta jornada tanto en Primera como en segunda División. En 30 ocasiones el balón besó las redes en la Liga de las Estrellas, mientras que en nuestra Liga BBVA lo hizo 23 veces. Solo dos empates a cero goles contabilizando los dos campeonatos. La buena visibilidad de este esférico hace que la salsa del fútbol cobre vida y espectáculo para los que asisten cada jornada para animar a sus escuadras.

Calderón parece que entendió, aunque a regañadientes, las críticas vertidas por todos los medios en cuanto al pobre bagaje ofensivo de su equipo en su corta andadura. Puso coherencia a la hora de confeccionar un once que disputara los puntos con ímpetu ante un rival igual de necesitado que los amarillos. Después, en rueda de prensa tiró su chinita a los medios por la crítica vertida la semana anterior, pero cuando se siente a reflexionar en frío podrá comprobar la diferencia en cuanto juego ofensivo en Elche y en Carranza. Desde estas líneas le animamos a que continúe al frente del equipo y que lo haga con la valentía con la que afrontó el “derbi”. Estoy convencido que un partido no marca una trayectoria, y que no por ganarle al Jerez debemos pensar que todo ya está solucionado. Pero si es cierto que el nivel de compromiso y las ganas han vuelto al equipo. A poco que le den un poco de tiempo sin tener la espada sobre su cabeza, seguro que termina por asentar las bases de buen juego y resultados. Lo de la semana pasada no nos gustó, y lo dijimos. Pero si la filosofía de Calderón se transforma en sumar de 3 en 3, tendrá a un defensor de su labor en estas páginas. Mejor jugar a ganar 3 partidos y ganar 1 que salir a empatar los 3.

En lo referente a la afición, manifestar una vez más que me parecieron improcedentes los gritos de “PUTA JEREZ” por parte de tres cuartas partes del estadio Carranza. No es la mejor forma de sentar las bases para la no violencia en los partidos entre los equipos. No debemos caer en errores de ese calado. Lo que grite la afición visitante es apagable con nuestros gritos de animación y nunca con el insulto. Esos gritos solo hacen fomentar lo que después del partido degeneró en una batalla campal entre “¿seguidores?” cadistas y la policía. Los aficionados que salían del estadio con un gesto de satisfacción, pronto lo tuvieron que cambiar por otro de preocupación por la posibilidad de recibir algún impacto por parte de los gamberros o por parte de la policía. No se puede justificar que esta guerra de guerrillas fuera contra los aficionados del Jerez porque afortunadamente, estos se hallaban custodiados hasta 45 minutos después de concluido el partido. Sigo diciendo que hasta que no haya una desgracia no se va a parar con este sinsentido. Por lo visto, la muerte de Antonio Puerta y la unidad en el sentimiento de poco han servido.