Miguel A. Vallecillo/portalcadista.com

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Y sano. Te hace conocer nuevas ideas, conclusiones y puntos de vista. Gracias al debate las personas indagan, investigan, reflexionan y se enriquecen. Es bueno para saber, para criticar. Es bueno para la cultura, para el arte, para la creación y para la sociedad.

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Intentar coartar el debate con el argumento de que éste conlleva una falta de respeto puede ser calificado como una falta de respeto en sí al propio debate porque éste debe tener el respeto como principal premisa.

Si hace unas semanas escribía sobre el significado de los mensajes que se lanzan desde diferentes ámbitos del Cádiz, ahora no tengo más remedio que decir que Calderón no tiene la culpa de querer evitar el debate porque ese es el resultado de uno de los mensajes que más ha calado en el cadismo en los últimos años: opinar en sentido contrario a cualquier decisión del club puede ser tachado como de no desear lo mejor para el mismo. Ese mensaje, poco a poco y como agua que va filtrándose en el más duro granito de la afición, tiene estas consecuencias.

El fútbol, desde que se crea en Inglaterra allá por el 1863, vive precisamente de ese debate. Eludirlo y señalar a aquel que lo inicia no puede acarrear más que la propia desaparición del propio fútbol. Sin debate no hay aficionados y, sin ellos, no hay deporte, fichas altas o vidas solucionadas. Seguir a tu equipo no es como tomarte una aspirina sin preguntarte qué es lo que ésta contiene. Es algo más que eso.

Calderón debe abstraerse de esa doctrina ya institucionalizada y saber encajar críticas sin fruncir el ceño. Él, antes que jugador y entrenador, también ha sido aficionado de nuestro equipo y debe saber que eso es algo inherente a este deporte. Creo que está a tiempo de evitar que cada jornada que queda de aquí al final de temporada se convierta en una colección de malas caras y mal rollito para cada apreciación que se le haga. Incluso puede que gracias a ese debate algunos lleguen a la conclusión de que el técnico es menos culpable de lo que parece en ciertas decisiones deportivas.

Yo invitaría a todos a seguir debatiendo, reflexionando y valorando todas y cada una de las cosas que ocurren en el club de nuestros amores. Como he dicho es sano y enriquece. Y, a aquellos que debaten con el entrenador sus decisiones, que utilicen esa misma fuerza para hacerlo con otros aspectos del club. Ampliemos el debate y todos saldremos ganando. El Cádiz incluido.

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