No voy a pedirle a nadie que vaya a Carranza ni voy a dar lecciones de nada porque no soy quién para hacerlo. Pero tomemos los tres puntos que nos jugamos contra el Poli Ejido y los que necesitamos para amarrar la permanencia como tres puntos nuestros, de los cadistas; del que paga su abono con más o menos dificultades; de aquel que hace kilómetros desde su lugar de residencia para seguir a unos colores; del que se desplaza a ver a su equipo allí donde juegue; de aquel que vive las victorias y sufre las derrotas como nadie lo hace.

Nosotros, al fin y al cabo, somos los únicos de este mundo que nos dejamos dinero en él mientras que otros lo cobran, aunque algunos sigan sin darse cuenta.

Sé que será difícil para todos, pues el hastío que está sufriendo esta afición y en el que nos han sumido entre unos y otros, acaba con la paciencia de cualquiera. Pero contra el Polideportivo Ejido  jugamos nosotros y nuestros colores. Ya llegará el tiempo de pedir responsabilidades y, llegado el momento, se debe hacerlo sin cortapisas. Yo seré el primero que lo haga desde este rinconcito de la red.

Si esto no se saca adelante los primeros (por no decir los únicos) que vamos a sufrirlo seremos los aficionados. No dejemos que eso ocurra, aunque sea sólo por puro egoísmo. No nos merecemos estar donde estamos. No lo merece ni el escudo, ni la camiseta, ni la grada. El resto de todo este circo, ni me importa.