La Crónica Daltónica - LV Trofeo Ramón de Carranza

La Crónica Daltónica (desde otro color) - LV Edición del Trofeo Ramón de Carranza

Como dijo el faraón Tuthan-mamón IV a su hijo Shopea Zode-mamón II, (Than-mamón como su padre) aquella tarde que admiraban la construcción de la pirámide de Kefren-T, “no desdeño de la belleza del tronco piramidal, pero donde se ponga el cono de Cleopatra…”.

La “quincuagésima quinta edición del Trofeo ¿verdad Raaaamón? De Carranza” se iniciaba con el partido entre el Cádiz CF Triste, o sea, Sad en inglés, y el Deportivo de La Coruña.

El césped presentaba un estado deplorable, debido a la reciente exhibición equina ofrecida por Manolo Carrasco y sus alegres caballeros que, si bien sirvió para ahorrar algo en abono, dejó el campo como la Plaza de Mina en invierno, con un montón de cascos por todos lados. Para el primer partido de liga contra el Salamanca eso debe estar solucionado y ya olvidado el paso del espectáculo ecuestre, ecuestre lo que cuestre. De todas formas lo que resulta increíble es que la parte más estropeada sea justo en la que se encontraba el genial pianista.

El Cádiz, salió como él sabe, esto es, cuando ponen el himno del Trofeo. El Depor, sin embrago salió con la segunda equipación, demostrando que cualquiera que se precie tiene por lo menos dos. Y los fenómenos tres.

El equipo amarillo jugó unos primeros veinticinco minutos de auténtico ensueño y los otros sesenta y cinco de auténtico sueño tirando a pesadilla. Un juego ágil, rápido, con paredes, incursiones por banda, con un Abraham que en esos minutos recordaba a Xavi el del barça, pero que terminó recordando a Amunike, también del barca. El equipo gallego, no obstante lo cual, también exhibía buen juego con un Valerón impresionante.

Fruto del dominio local vino el primer tanto de la noche. En una falta escorada en el lado derecho en la línea de tres cuartos, botada con precisión suiza por TratadearrancarloCarlo Caballero que envía al fondo de las mallas el Pájaro Toedtli de un perfecto testarazo. Mariano empieza la temporada en Carranza justo como acabó la anterior.

Como el partido estaba entretenido Fragoso decidió darle vidilla al Depor y derriba en el área a Bodipo. El penalti lo ejecuta Sergio batiendo a Dani Miguelez que a punto estuvo de detenerlo. Y digo que a punto estuvo de detenerlo porque de hecho no lo detuvo y fue gol, si no hubiera sido parada, o despeje, o corner, o vaya usted a saber.

Con el empate a uno entra la macancoa a la defensa cadista que estaba teniendo más problemas para parar el juego de Valerón que el padre de un canterano para cobrar los tickets de gasolina, y sin solución de continuidad el Depor marca el segundo gol en tiro raso de Bodipo.

A partir de ahí el Cádiz se hunde y es incapaz de levantar cabeza. En el segundo tiempo el equipo de Gracia intentó el empate pero con más corazón que cabeza y ya en las postrimerías del partido el Deportivo de la Coruña consigue el tercer tanto en una bonita jugada personal de Mista. La jugada fue tan bonita que ninguno de los defensas del Cádiz quiso estropearla metiendo la pierna o entorpeciendo levemente al delantero deportivista.

Mención aparte merece el debut de Diego Tristan en Carranza, que estuvo torpe, sin sitio y fatal. Desde luego que este tío está acabado, no sé para qué lo han fichado. Otro Benjamín. En Diciembre habría que largarlo ya.

Total, que uno a tres y a pasar calor en la consolación.

La Consolación se jugó el día de la Asunción, cosa de vírgenes. Y hablando de asunción, el Cádiz tiene que asumir que es un equipo humilde y modesto pero, como dice el sabio aforismo argentino “la falsa modestia es exceso de vanidad” así que vamos a dejarnos de pamplinas y a hacer un par de fichajes en condiciones que den ese plus de calidad que el equipo necesita. Aunque sean primeras opciones.

Para la disputa del trofeín el Cádiz se enfrentó al Valencia de los Pablo Hernández, Silva, Villa, Mata, en fin un equipito que había caído en las semifinales contra el Sevilla por dos goles a cero. Agrias están saliendo las naranjas de valencia esta pretemporada. El Cádiz volvió a proponer, jugando sin complejos ante el equipo Ché. Los valencianistas se emplearon con menos intensidad que un amperio en horas bajas.

El empuje inicial de los anfitriones se vio recompensado con el golazo de Diego Tristan. En el minuto 20 Dani Fragoso, actuando de centrocampista, mete un pase en profundidad para Velasco que en rápida carrera centra al primer palo para que Tristan remate grácil a la red. ¡Qué golazo!

El gol cadista sirvió para despertar de la siesta al Valencia que miró la hora que era y se dio la vueltecita en la cama hasta el descanso.

Tras el descanso, el equipo de Mestalla se fue a por la mascletá y Pablo Hernández, muy motivado ante su ex equipo, decide cargarse a Jaume y le hace un siete, un cartorce y un veintiuno. En jugada a lo juanpalomo, marca el gol del empate ante la impotencia del joven lateral valenciá.

Con los internacionales Villa y Mata, el equipo de Unai Emery pone cerco a la portería de casi-Casillas pero el gran portero cadista resuelve con buenas intervenciones los disparos envenenados de Villa y Mata. Quillo, no mosquearse que nosotros no tenemos culpa de que no os vendan al Barcelona.

Cuando parecía que la videoconsolación se iba a resolver a los penaltis el gorrión López Silva se encuentra con la pelota tras fallo de Albelda y desde fuera del área se inventa una vaselina impresionante para batir a Moyá. Golazo de pañuelos con mocos.

Mención aparte merece el segundo partido de Tristan en Carranza, que estuvo muy motivado, con buenos movimientos y marcando un golazo. Genial, qué gran futbolista, cómo se desmarca, que bien juega entre líneas. Otro Oli. Renovación ya.

El cuadrangular gaditano terminó con la victoria del Sevilla ante el Deportivo de la Coruña por un gol a cero en un soporífero partido y con una entrega de trofeos magnífica a la par que inolvidable. La primera opción era dejarlo en manos de la Fura dels Baus pero se salían del presupuesto y se optó por el tema de las banderas con los cuarenta y cuatro pueblos que componen la provincia. Lamentablemente nada más salir El Gastor tuvo un encontronazo involuntario con Puerto Serrano que hizo que Torre Alháquime diera con sus huesos en el verde tapete.

Yo lo único que cambiaría para años venideros y para darle cierta categoría son las mesas camillas del final y pondría la mesa en la que se firmó la constitución de 1812, que solamente han aparecido ya cinco o seis. Y, si acaso, ponía el abono un poquito más caro a ver si ya la gente se termina de aburrir y desaparece el trofeo de una vez porque… de eso se trata, no?

Abrazos cadistas.

Jose Manuel Ramos "Pichili"

 

Foto: Eulogio García Romero - PortalCadista.Com
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