España entera ''flipa'' con la afición del Cádiz

Málaga Hoy:

Una ola amarilla. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, aplaudiendo en el palco. Jugadas coreadas a grito de "olé, olé". Los miembros del palco obligados a botar por su afición. El césped invadido por una marea cadista al término del choque. Ruiz Hierro aplaudiendo a la hinchada y Manu regalando su ropa al público porque la grada coreaba "Málaga, Málaga". Los jugadores reclamados a salir al terreno de juego tras el partido para ser despedidos como héroes. No parecen detalles propios del último partido de un equipo en Primera, pero lo fue. Hablamos del Cádiz, porque el equipo blanquiazul vio mayor su bochornoso adiós por la grandeza con que los locales se despidieron de Primera División. Es una pena que la Liga de las estrellas se quede sin una afición que dio un ejemplo de comportamiento al fútbol.
Ese ejemplo de comportamiento en el Carranza casi dolió más que el escandaloso 5-0 que el Cádiz le endosó al Málaga, que puso el más triste punto y final a su ciclo en el mejor feudo posible.

[...] Así que el Cádiz se despidió entre fastos. Si hubo lágrimas fue por la emoción contenida, no de pena. Porque no es lo que transmite el Carranza y su gente. Se irá de la mano del Málaga a Segunda por incapacidad deportiva. Porque las imágenes de televisión que recordarán el descenso gaditano serán más propias del festejo de un título.

Con un rectángulo de tan pequeñas dimensiones y las gradas casi sentadas en el césped, el partido despertó el aroma del añejo Carranza. Sin la torre de Preferencia, pero aún con el clásico marcador manual, sigue oliendo a promoción y, sobre todo, a fiesta dominical. Porque el cadista, que lleva el desparpajo vestido de amarillo, convirtió su acta de defunción como equipo de Primera en un abrazo de cariño a los jugadores que han perdido la categoría. Sonó a hasta luego. El Málaga, a diferencia de los locales, bajó entre la resignación de su hinchada y el ridículo de sus jugadores.
 



AS: EL CÁDIZ SE NOS VA EN PLENO IDILIO CON UNA AFICIÓN ÚNICA
 
Seguro que por exhibiciones tan espontáneas como la de ayer, Robinson decidió que Cádiz sería su patria chica para siempre, que incluso dedicaría su dinero y su vida a ese club que le quedaba tan lejos de su destino inicial en Pamplona. Seguro que a Robinson y Antonio Gómez, orgullosos, le entraron ganas de hacer desde ya un proyecto firme de ascenso cuando vieron a su afición entregarle tanto cariño a sus jugadores el día que estaban descendidos y a los futbolistas devolverle los favores prestados con una pancarta, Gracias afición, y cinco goles que desnudaron las miserias de un Málaga lamentable, sin ninguna estima por su reputación. Tanta reciprocidad emociona. Porque es extraño ver una conexión así días después de consumarse el descenso.

[...] El partido no fue ninguna anécdota, porque sirvió para comprobar que el Cádiz parte con kilómetros de ventaja en la futura carrera por el ascenso. Tiene afición, proyecto (Antonio Muñoz lo presentó el lunes), desequilibrio (Lobos) e idea futbolística. El Málaga opone a eso inestabilidad institucional, una plantilla de saldo y un futuro sin mañana. Un papelón.

Sobre el césped, el Cádiz arrasó. Una manita dulce para decir adiós a Primera División. El otro partido se jugó en la grada. A los diez minutos, la afición se puso en pie y ya no se sentó. Le pidió a Lobos que se quedase, aplaudió la perilla y el orgullo de Oli y se emocionó con los goles. Aunque, en realidad, lo que le gusta cantar al cadismo es la chirigota de los Pepperoni ("de amarillo se pintan la cara, amarillos son sus corazones (...). Por eso viva mi Cai, vivan los cadistas, vivan sus...". Regresen pronto.
 


Andalucía 24 Horas:
 
Gran fiesta de despedida en Carranza. Así podríamos definir el último partido de Liga jugado por el Cádiz en Primera División (antes de que regresemos a ella), tanto por los valores mostrados por los futbolistas de amarillo como por la actitud de una afición que ya para sí la quisiera cualquier equipo del mundo con este comportamiento hacia sus jugadores, convirtiendo el estadio gaditano en una auténtica fiesta. Y no se dejen engañar, el delirio no llegó a las gradas por la manita que el Cádiz le endosó a un Málaga que apenas lo intentó en los primeros compases del inicio del encuentro, sino porque era la respuesta que una afición única como la cadista decidió dar tras una temporada entre los veinte más grandes de España.
 
[...]Velasco Carballo pitó el final apenas pasados unos segundos sobre los 90. Y entonces se vivió lo que bien pudiera haber sido un ascenso. Miles de cadistas saltaron al césped, llevaron en hombros a los futbolistas, y aún a esta hora, cercana a las once de la noche, cientos de aficionados rodean el Carranza esperando a los futbolistas amarillos para darles las gracias y celebrando una fiesta… la de un año en la elite, la de un equipo y un club únicos, la de ascenso a Primera dentro de poco…
 


Diario La Torre:
 
La derrota ante un rival histórico, el Cádiz, escuece no sólo por los cinco goles recibidos sino por la clase demostrada por los aficionados cadistas, que contrastaba con la depresión malaguista.



Diario Bahía de Cádiz:
 
Indescriptible. Lo de la afición del Cádiz es para quitarse el sombrero, una vez más. Unas 12.000 almas asistieron el sábado al último partido de liga en Carranza, entre dos equipos ya descendidos a Segunda, y lo pasaron como nunca en toda la efímera temporada de los amarillos en la máxima categoría del fútbol español. Los aficionados, que durante los últimos días ya estaban preparando esta especial despedida a la plantilla –sobre todo para acallar las voces de los derrotistas que piensan que ahora las gradas del Carranza volverán a vaciarse y que de nuevo los socios serán los 6.000 de toda la vida-, auparon a la victoria a unos jugadores que querían ofrecer el triunfo a los suyos –de hecho salieron al campo con una pancarta que rezaba “Gracias afición”-.
 
[...] Entre cánticos, olas, aplausos, gritos… una consigna, el “sí, sí, sí, lo vamos a conseguir”, el volver a Primera cuanto antes. Al menos eso se intentará la próxima temporada en Segunda, cuando esta afición, la mejor afición del mundo, volverá a estar ahí. Unos seguidores que con el pitido final, invadieron el terreno de juego y mantearon a algunos jugadores, los que no pudieron escaparse.



Al final, la expedición del Málaga halagó a los cadistas, en palabras de su entrenador, Manolo Hierro, y por parte cadista, Luis Soler, el segundo técnico, acudió a la rueda de prensa en vez de Espárrago, al parecer afónico y demasiado emocionado.



Como para no emocionarse con los cadistas. Aunque suene a tópico y sentencia manida, es verdad que el Cádiz jugará la próxima campaña en Segunda, pero la afición seguirá siendo de Primera.

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