Corría el minuto 78 del encuentro entre Real Betis Balompié y Fútbol Club Cartagena. Desde la grada del Estadio Manuel Ruíz de Lopera se escucharon insultos y gritos racistas hacia el jugador panameño del FC Cartagena, Quintero Medina.
En ese momento, tal y como mandan las normas UEFA, el colegiado Alfonso Pino Zamorano paró el encuentro y activó el protocolo antirracismo que el máximo organismo europeo de fútbol tiene elaborado al respecto.
El pasado mes de julio se reunía en Viena el Comité de la UEFA y allí se aprobó el protocolo que deberían seguir los árbitros en caso de actuaciones racistas en el público y que entraría en vigencia desde ese mismo momento y que consta de tres pasos:
![]() |
|
1.- Si el colegiado detecta dicho comportamiento o es avisado de ello por uno de sus asistentes deberá, según el artículo 5 del reglamento, detener inmediatamente el partido y solicitar que se avise por megafonía al público para que deponga esa actitud.
2.- Si los incidentes continuaran el colegiado deberá suspender el partido durante un período razonable de tiempo que oscilará entre los cinco y los diez minutos. Los jugadores serán enviados a los vestuarios y se dará un nuevo aviso por megafonía.
3.- En caso de persistir los hechos el árbitro suspenderá el partido como tercera y última medida, algo que solo debe hacer tras haber completado los dos pasos anteriores y después de valorar el impacto que la suspensión del partido pudiera tener en la seguridad de colegiados, jugadores y público.