Los dos últimos encuentros del conjunto amarillo, en los que además de perder se ha visto remontado tras ir por delante en el marcador, han disparado de nuevo unas alarmas que se apagaron después de cuatro victorias consecutivas.

Atrás han quedado estas dos últimas semanas con opciones de haber mejorado en la tabla y poder soñar con el segundo puesto y quizás con el liderato. Las dos derrotas de haber sido convertidas en victorias dejarían al Cádiz en estos momentos segundos a tres puntos del líder. Pero han quedado como simples cuentas de la lechera. Ahora, con el equipo cuarto en la clasificación y a falta de seis partidos, solo queda pensar en asegurar el playoff. Los puntos de ventaja con respecto al quinto deben ser suficientes, pero la imagen demostrada queda lejos de ser la necesaria para afrontarlo con garantía.

Hoy en La Línea el equipo volvió a apagar sus luces y, salvo el gol de Güiza, poco más ofreció. Demasiadas imprecisiones ante una RB Linense con muchas bajas, algo que para ellos no fue excusa para poner contra las cuerdas a un Cádiz con un presupuesto que nada tiene que ver con el suyo.

Claudio cometió errores y los jugadores también. Poco se salva de un partido que vuelve a repartir dosis de incertidumbre entre una afición que, en un partido más, fue la única que estuvo a la altura.