Son 22 los goles que el extremo derecho Salvi ha anotado desde que llegara en el verano de 2015 al Cádiz. Su pierna buena ha quedado evidente que es la derecha, por ello prefiere asistir a compañeros usando el exterior de su bota derecha antes que usar la izquierda, o girar el cuerpo todo lo posible para anotar con la diestra. Tan solo el 18.1 % de sus goles están hechos con su pierna izquierda. El 72.7 % con la pierna derecha.

En su primer año en el conjunto amarillo hizo dos goles con la cabeza (a Villanovense y Racing de Ferrol) y seis con la pierna derecha. Un año después, ya en Segunda, anotaría siete goles con la pierna derecha y el primero con la elástica cadista con la pierna izquierda. Más concretamente con la rodilla, para empujar un rechace a tiro de Ortuño en la jornada 15 ante el Alcorcón (4-1). El balón le dio a él.

Cuatro goles anotó en la temporada 2017/2018. Tres fueron con el pie derecho (dos ante el Almería y uno al Sevilla Atlético), mientras que anotó uno con el pie izquierdo ante el Barça B. Nada que ver tiene la manera en la que mandó el cuero al fondo de la red en aquella ocasión con los dos tantos que ha conseguido esta temporada. Primero, ante el Elche para hacer el 4-1 en carrera a pase de Jairo y, el segundo, un gran gol a la media vuelta mandando el balón a la escuadra de la portería de Las Palmas para poner el 4-1.

Parece que, en sus tareas pendientes, estaba la de empezar a marcar goles con su pie zurdo, más allá de los goles de rebote anotados con este pie en las anteriores temporadas. Poder ver portería con ambas piernas siempre da un plus de efectividad y, que haya coincidido con el mejor momento de Salvi, y además en una etapa de reivindicación y reconciliación no es ninguna casualidad.