La infiltración es una inyección de corticoides y anestésicos que va directamente a la zona dañada. Puede ser tanto en articulaciones o en músculos.
El principal problema que traen las infiltraciones es que el jugador juega teniendo aún la lesión, pues las infiltraciones no curan nunca la zona dañada. Sólo hace que desaparezca el dolor durante un período de tiempo.
Por ello algunos deportistas no son “amantes” de las infiltraciones, ya que la lesión puede agravarse al hacer un esfuerzo de la parte dañada sin sentir dolor y lo que es más grave: si se abusa de las infiltraciones en una zona determinada puede producirse una degeneracion articular o artrosis
Infiltración en una rodilla