El filial muestra sus carencias ante un Recre B que no hizo nada para llevarse el partido.

Foto: portalcadista.com

Como le pasara al primer equipo, el Cádiz B también cayó derrotado en su feudo ante otro filial aunque, en esta ocasión, la derrota duele mucho más porque el equipo cadista lo tuvo todo a su favor para llevarse los tres puntos gracias a la superioridad numérica con que contó durante toda la segunda mitad. Sin embargo, no sólo no fueron capaces de imponerse en el tanteador sino que cayeron derrotados otra vez por los errores defensivos y los nervios de un equipo que ya lleva dos derrotas sufridas por goles encajados en los últimos minutos. Más preocupante es si se tiene en cuenta que el rival, ni con diez ni con once jugadores, no hizo nada reseñable para llevarse tan generoso botín.

La primera media hora de partido fueron propicios para la charla con el vecino de grada y el intercambio de opiniones acerca del partido de ayer en Carranza. En estos minutos iniciales, los dos equipos no hacían nada digno para crear peligro en ninguna de las dos porterías. Sólo se animaría el juego a raíz de un error en el despeje del meta onubense a lanzamiento de un córner que impacta en el cuerpo de Rubén Díaz pero sin tomar la dirección de la portería. En el minuto 40 llegaría la principal incidencia de esta primera parte con la expulsión del choquero Rubén García por un fuerte golpe en la cabeza de Juanito. Con superioridad de efectivos, el filial cadista acrecentó su dominio ante un rival encerrado en su campo y, antes del descanso, pudieron marcar, primero Fran y después Javi Catalán, pero sus respectivos disparos se marcharon desviados sobre la meta blanquiazul.

La consigna de Ángel Oliva en el vestuario tuvo que ser la de imprimir velocidad en los laterales porque el equipo saltó al terreno de juego denotando esa intención. Javi Catalán y Diego se multiplicaban por bandas pero sus centros nunca encontraban un rematador con camiseta amarilla. Al cuarto de hora de la segunda parte contabilizamos una ocasión para cada equipo. Primero la tuvo el filial cadista con un remate de cabeza de Robert tras falta sacada por Javi Catalán. La jugada prosigue con un contragolpe letal montado por los onubenses que salvaron in extremis entre Ricardo y Rubén Díaz. En el 67, Fran se marca una jugada “marca de la casa” y se planta sólo ante Ángel pero el meta le cerró todo resquicio para batir su portería.

Eran los mejores minutos de los locales ante un rival que empezaba a sufrir el desgaste físico añadido por tener que jugar con diez tantos minutos. Los amarillos triangulaban bien buscando las incorporaciones de los extremos pero siempre fallaba el último pase, sin quitar méritos a la defensa recreativista que en todo momento mantuvo la orden y la serenidad. Pasaban los minutos y no sólo no llegaba el gol cadista sino que el equipo, otra vez, empezaba a ser presa de los nervios. Como hace dos semanas ante el Jerez Industrial, los defensores cadistas comenzaron a regalar balones absurdos en campo propio que aprovechaban los sorprendidos atacantes recreativistas para aproximarse a la meta de Ricardo. Así llegaría, en el minuto 85, el penalty que daría lugar al único gol del partido. Una contra de los blanquiazules propiciada por un balón robado en el centro del campo impacta de forma clara en la mano de Pecci, a quien el colegiado le perdona la expulsión. El consiguiente penalty lo transforma Kike con un disparo ajustado al palo izquierdo de Ricardo.

Para colmo de desgracias, se cumplía el minuto 90 cuando el Cádiz B se encuentra con un penalty a favor por una mano muy similar a la anterior, Sin embargo, en esta ocasión Fran ejecutó la pena máxima lanzando la pelota por encima del larguero. Definitivamente no era el día del filial.

Pasan las jornadas y se siguen apreciando importantes carencias en el equipo. Era previsible que la bisoñez fuera una de ellas por las numerosas incorporaciones de jugadores procedentes del Balón. Lo que ya no era tan esperado es que los que repiten temporada en el filial de Tercera, los llamados a dotar al equipo de ese plus de experiencia y calidad, rindieran a un nivel tan bajo en estos primeros partidos. Resulta de todo punto necesario que futbolistas como Rubén Díaz, Pecci, Poli o Diego, se pongan los galones y asuman el peso del equipo. Eso si quieren que Hristo Vidakovic cuente con ellos para darles un sitio en el primer equipo. Ellos son la base del Cádiz B y, a su vez, el Cádiz B es la base de su futuro profesional en el fútbol. Así deben entenderlo.