El equipo amarillo saca un punto de un partido en el que fue inferior.

Foto: portalcadista.com

Cádiz B y Puerto Real empataron sin goles en el partido de la octava jornada del Grupo X de Tercera División disputado esta mañana en la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz. El encuentro no se celebró en el Campo Manuel de Diego, escenario habitual de los partidos del primer filial cadista, sino en el Campo Macarty debido a los trabajos de recuperación del maltrecho césped del Campo principal de la Ciudad Deportiva. El equipo puertorrealeño, hoy vestido enteramente de rojo “pendón de Cádiz”, llevó el control del juego en buena parte de los noventa minutos y tuvo las mejores ocasiones pero se encontró con una defensa cadista más seria y mejor guarnecida que en otras ocasiones y, sobre todo, con un Ricardo inconmensurable. En la única grada, menor asistencia de seguidores puertorrealeños que otros años y mucha presencia de personajes ilustres del pasado y presente del Cádiz: Hristo Vidakovic, Roberto Suárez, el futbolista David González, Chico Linares, Hugo Vaca, Luis Escarti, Manolo Lapi...

El inicio de partido fue de poder a poder, con acercamientos de ambos equipos. En el minuto 14, un centro por banda derecha de Catalán, es cabeceado por Fran hacia el área pequeña pero Lolo Armario remató alto en posición complicada. Pese a esta clara oportunidad, el Puerto Real daba más sensación de peligro pues llegaba al área cadista con mejor criterio y más efectivos. A la media hora  los puertorrealeños disfrutarían de su mejor ocasión, con un remate de cabeza de Navarro que se marchó fuera cuando ya se cantaba el gol. Con el paso de los minutos el equipo de la Villa iba imponiéndose en el juego, aunque su fútbol se limitaba a balones aéreos al área cadista donde la mayor calidad y experiencia de los jugadores hoy rojillos hacían sufrir a la zaga amarilla. La velocidad de Mercho y Selu traía por la calle de la amargura a Paris y Poli pero el equipo puertorrealeño adolecía del mismo problema que el filial cadista en lo que llevamos de liga, falta de contundencia arriba.

La segunda parte comenzó con muchos bríos en ambos equipos. Estos primeros minutos de la reanudación fueron los mejores del partido, con ocasiones en ambas porterías. Dieguito y Lolo pudieron adelantar a los amarillos mientras que, por el lado visitante, Navarro y Sergio Berro se encontraron con Ricardo en sendas ocasiones clarísimas. El partido se había convertido en un correcalles en el que no existía centro del campo y el gol podía llegar en cualquiera de las porterías. En el minuto 65 el veterano Selu dio muestras de la calidad que todavía conserva estrellando un balón en el larguero en el lanzamiento de una falta. Con el paso de los minutos, los rojillos iban imponiendo su fútbol, basado sobre todo en el juego aéreo y la velocidad de sus extremos. Por su parte, el filial cadista, tal vez temeroso de que se repitiera la historia de los últimos partidos, optó por dar un paso atrás en la zaga, entregó el centro del campo al rival y encomendó su suerte a la robustez defensiva y a un contragolpe que nunca llegó.

En el minuto 87 el ex cadista Vicente tuvo el gol en un remate de cabeza a saque de córner que otra vez salvó Ricardo. El filial se veía tan superado que ya empezaba a mirar la hora con el rabillo del ojo pero en esta ocasión la zaga se mantuvo ordenada y no regaló balones en posiciones comprometidas con lo que el partido acabó tal como empezó, con empate a cero y un punto para cada equipo que no ayuda demasiado a las aspiraciones de uno y otro equipo, sobre todo de un Cádiz B que el próximo domingo visitará un campo tan complicado como el de El Mirador de Algeciras. Al menos, el equipo cadista se ha dado cuenta de que cuando un partido no se puede ganar hay que intentar no perderlo.