En varias ocasiones en el Cádiz B tan solo han entrenado 13 jugadores de campo y un portero.

Foto: portalcadista.com

El Cádiz B podría ver peligrar su plaza en Tercera División. Segundo por la cola, los del Ángel Oliva han ganado 3 partidos, han empatado otros tres y han perdido en ocho ocasiones.

Al igual que en la mayoría de las veces no se han dado los resultados adecuados, también son varios los factores que influyen en el día a día del filial cadista, y que podrían tener consecuencia directa en dichos resultados.

Uno de los hándicap con los que se encontró el Cádiz B se dio a finales de Octubre, cuando se supo la salida de los jugadores Diego García y de Nando, por lo que de 22 jugadores se pasó a tener 20 (18 jugadores de campo y 2 porteros).

Estas dos bajas, junto con las lesiones que puntualmente se han venido produciendo (sin contar las bajas por sanción), han impedido al técnico del filial, Ángel Oliva, trabajar con todos sus efectivos. Y es que el Cádiz B ha llegado a entrenar durante varias semanas con 13 ó 14 jugadores de campo e incluso un solo portero, lo que se traduce en dificultades constantes para completar entrenamientos específicos o en tener que cambiar a jugadores de posición por otras que no son las suyas.

También esto propicia que algunas convocatorias estén completamente descompensadas, llegando a acumular el banquillo del filial cadista tres defensas, tal y como ocurría la pasada semana contra el Córdoba B en la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz.

Los problemas deportivos podrían tener su raíz directa o indirectamente en los problemas institucionales y económicos que atraviesa la entidad.

Si bien en el plano institucional algunos son los consejeros que últimamente se dejan ver por la Ciudad Deportiva cuando juega el Cádiz B como local, también es cierto que cuando juega de visitante no lo acompaña nadie, y eso que plaza en el autobús tienen.

En el plano económico también se ve afectado el equipo, ya que fueron varios los jugadores que decidieron marcharse en verano a sabiendas de las dificultades que iban a tener para desplazarse a entrenar y el escaso sueldo que iban a percibir esta temporada (actualmente está en una media de 300 euros por jugador), y algunos de ellos, como varios del Balón Aficionado que pudieron haber ascendido, prefirieron abandonar la entidad antes que escoger el escaparate de jugar en un devaluado filial del Cádiz C.F.

Otro punto donde se reflejan las dificultades económicas es en las escasas contrataciones de jugadores que se han materializado esta temporada. También se aprecian día a día en los entrenamientos, ya que a falta de bebidas isotónicas y agua mineral embotellada los jugadores tienen que saciar su sed con el agua del grifo de El Rosal.

Asuntos, que no son todos los que están ni están todos los que son, que hacen tambalear de manera considerable uno de los tres pilares en los que Enrique Huguet y su equipo de consejeros basan su gestión: la cantera del Cádiz C.F., la que quizá necesite más cuidados y atención por parte de los principales responsables de la entidad cadista.