"No quiero bajar en mi estadio"

14.06.2010

La escena en el hotel de concentración del Cádiz, tras un par de horas después de caer derrotado en El Alcoraz, dejaba patente el estado de ánimo en la expedición. Caras serias, miradas perdidas, paseos sin aparente destino y mil y una miradas a la clasificación y los partidos de la última jornada. Todas esas mismas sensaciones eras las que rondaban mi cabeza mientras apuraba el último cigarro antes de volver a mi habitación e intentar conciliar un casi imposible sueño.

Por la puerta aparecía alguien también con un pitillo apagado en la mano y un encendedor en la otra. Él no mete goles ni toma decisiones en el seno del club pero vive el cadismo como pocos. Lo hace desde dentro de ese lugar tan inaccesible como es el vestuario. Cada día, cada hora, haciendo su trabajo para que los jugadores no tengan que preocuparse de nada una vez llegan a su lugar de trabajo. Juanito Marchante, con paso lento, me mira y esboza una sonrisa forzada que casi parece más una mueca de dolor. Ambos estamos tristes por el resultado del partido. Entre nosotros y los protagonistas sólo una enorme cristalera nos separa.

Foto: portalcadista.com

Charlamos un rato sobre cómo ha transcurrido el penúltimo episodio en Huesca sin entrar en demasiados detalles. Lo pasado, pasado está y ahora todo se concentra en el último envite. Y ahí el bueno de Juanito es conciso.

– No quiero bajar en mi estadio - .Sus palabras se cuelan en mi mente como un cañonazo y el silencio se hizo entre los dos durante un instante para después continuar.

– Bajar ante mi gente no. Fuera he vivido descensos y se pueden aguantar. Se queda uno llorando en soledad, en silencio. Y se acabó. Pero en mi estadio no puede ocurrir. No quiero ver llorar a tantos cadistas. -

Tengo que reconocerte Juan, que cuando el colegiado pitó el final del partido en Huesca era muy pesimista. Pero tus palabras me hacen vislumbrar un halo de esperanza entre tanto pesar como el que estamos padeciendo esta temporada. Y yo, como tú, me voy a agarrar a él hasta el último instante.

Ojalá el sábado no tengas que ver, ni tú ni nadie de los tuyos, bajar a nuestro equipo en tu casa.

Miguel Ángel Vallecillo.