Opinión: La Crónica Daltónica: Cádiz 1 - Ceuta 0

La Crónica Daltónica (desde otro color):
Cádiz 1 - Ceuta 0
  18.10.2010 Comparte

 

Como dijo el prestigioso Gourmet italiano venido a menos Giacomo dellas S’obras “La venganza es un plato que se sirve frío, pero yo prefiero una olla de menudo”.

Novena jornada del grupo IV de segunda be de burro. Cádiz C.F. versus A.D. Ceuta. Tarde de reencuentros en Carranza. Volvía Ormazábal, volvía Mansilla, volvía la victoria sin beckham y volvían las calzonas azules que gracias al capricho andaluz de Santiago “Posas” -el árbitro de la elegancia- y a Toñín y Quéange Muñoz –sus jueces de línea arreglada pero informal- habían sido descartadas para la equipación oficial del equipo en el año de su centenariazo.

Hristo sorprendió a propios y extraños con la titularidad de Álvaro Campos en detrimento de un Dani Miguelez que se tomó la suplencia con filosofía estoica.

Podemos decir sin miedo a equivocarnos que el partido tuvo dos partes bien diferenciadas: la primera y la segunda. La primera fue la que se jugó antes y la segunda después, tras el descanso, que es la parte en que ponen por megafonía la música a todo volumen y las mascotas-diarios se ponen a hacer los carajotes.

En los primeros cuarenta y cinco minutos el conjunto local apenas si inquietó la meta defendida Nauzet por lo que no sabemos si el chaval para bien. Si acaso, destacar una gran ocasión de Aarón en el minuto 10 que el zurdo extremo cadista convierte en ensayo de tres puntos.

A partir de ese instante es el conjunto caballa el que se hace con el mando del partido pero le faltó piriñaca para conseguir el buen sabor que deja el gol.

Así, el costamarfileño Modeste ponía en jaque a la defensa cadista con continuas galopadas por banda derecha y con centros que se paseaban una y otra vez por el área cadista como un novio despechado por la casapuerta de su ex para hacerse el encontradizo si coincide. Incluso a punto estuvo Modeste aparte de adelantar al equipo norteafricano en el minuto 20 pero su duro trallazo es repelido por el poste.

El Cádiz lo intentó a balón parado pero en Cádiz ya estamos acostumbrados a que el parado no obtenga sus frutos y no hubo forma de acercarse a los dominios de Nauzet.

Antes al contrario, es el equipo de la ciudad autónoma el que vuelve a llevar peligro por dos ocasiones antes de que Arcediano Monescillo (con esos apellidos estoy convencido de que sus señores padres a la pregunta de qué queréis tener niño o niña contestaran que árbitro) diera por concluida la primera soporífera parte.

El cada vez más harto y menos numeroso público gaditano despidió a los suyos con una sonora pitada.

Tras el descanso el Cádiz salió como con más chispa, como con más garra, como con más ganas, como con más empuje, como con más, no sé si me explico, cojones.

Poco a poco los jugadores amarillos iban arrinconando a su rival y decidieron poner a prueba a Nauzet que hasta ese momento “nau-zet” sabía si era bueno o malo porque no le habían tirado.

A esas alturas casi todo el mundo veía que el Cádiz adolecía de una carencia de referencia en punta, pero parecía que el banquillo cadista se había transformado en la calle Ancha porque Vidakovic tenía toda la pinta del Pensador de Rodín, la impresionante escultura buque insignia de la exposición que estamos disfrutando en Cádiz gracias a la Fundación La Caixa, aunque para Caixa Caixa, me quedo con las dos caixas de la piba de Cádiz que ha entrado en el gran hermano.

Foto: portalcadista.com

Y es que, a pesar de que el domingo por la mañana se había celebrado en Diputación una jornada de química para niños en el patio de la ciencia no había forma de que el entrenador serbio reaccionara ni con ácidos ni con básicos. Hasta que, por fin, en el minuto 68 ¡Eureka! encuentra la solución y da entrada a Pachón por un agotado, elija otro, Enrique Ortiz Moruno, que hasta ese momento fue de los mejores que se aclimataron contra el Ceuta. Lógico, por su madre.

Es el propio Pachón quien en el minuto 70 puede adelantar al conjunto cadista tras un rechace de Nauzet a tiro de Velasco pero la maldición de Jordao hace su aparición y el delantero remata a puerta vacía despacito despacito dando tiempo al meta ceutí de hacerse con el esférico.

En el minuto 74 el centrocampista caballa Sandro ve la segunda amarilla y juega los últimos minutos al mus en el vestuario, donde se gana a si mismo una pata con un espectacular órdago con una pareja de reyes y ases.

Con uno menos, Joao De Deus, juandedió pa los amigos, coloca una defensa con más gente que en El Alamo dando por bueno el empate a cero y con las filas más juntas que los niños de Argantonio camino de visita a la Patrona.

Pero en el minuto 81 Cifuentes –que cuajó un gran encuentro- encontró hueco y realizó un gran pase a Sergio Pachón que la acomoda con el pecho y dispara con la derecha batiendo irremisiblemente a Nauzet. Golazo de delantero centro.

Tocaba matar el partido y esta vez el Cádiz parece que aprendió la lección como en tiempos de la dictadura, a base de palos. Ahora sí, era el tiempo de tocar, el tiempo de pasar, el tiempo de perder el tiempo mientras que el Ceuta perdía los papeles y veía cómo Cañas –que hizo honor a su apellido- y Mansilla eran expulsados por duras acciones. El bravo y espigado defensa fue despedido con una gran ovación que le brindó la afición en agradecimiento por su paso por el Cádiz donde dio todo defendiendo la camiseta amarilla.

Fin del partido. Importantísima victoria ante un más que presumible rival directo en la lucha por los puestos de ascenso, que debe servir para llevar la tranquilidad al seno izquierdo cadista y la alegría a Risto Vidakovic, aunque eso es más difícil que ver repetir a un componente en la comparsa de Juan Carlos Aragón.

Abrazos cadistas.

José Manuel Ramos «Pichili»

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