Chip_Iron/esecadizoe.com
Me voy a olvidar ya de fichajes. Si se puede fichar que se fiche. Si no se puede pues nos aguantaremos con lo que tenemos. Pero lo que nunca debe hacer una afición como la nuestra es caer en el pesimismo y en el desasosiego pagándolo con los que cada fin de semana se dejan la piel en el césped y el banquillo de nuestro estadio.
Ya se pueden escuchar las alas de aves de rapiña revoloteando al sentir el tufo del fracaso y debemos ser nosotros mismos quien las espante con nuestros gritos de ánimo y aliento a nuestro equipo.
Hay una afición joven que ha nacido conociendo sólo victorias y ascensos. A esos les digo que hay que ser realistas. Estamos en una batalla en las que no luchamos con las mismas armas que el resto de contendientes. Si el año pasado el ascenso era difícil, este año la permanencia lo es infinitamente más.
Después del mal rato pasado ayer viendo cómo se nos iban tres valiosos puntos, no tengo más remedio que seguir haciendo lo que hice desde la grada cuando Pérez Burrul pitó el final del partido: aplaudir a los míos. Y, desde hoy, solo tengo pensamientos de cómo podemos asaltar Riazor y hacer algo grande en las tierras gallegas. No debemos caer en ninguna dinámica. Porque tan peligrosa es la de la euforia como la del pesimismo. Disfrutemos de este gran momento que estamos viviendo, codeándonos con la élite del fútbol mundial y viendo a nuestro equipo en la mejor liga de fútbol. Nada más que eso debe arrancarnos cada jornada una sonrisa de los labios.
Esta temporada va a ser un camino difícil, con muchas más derrotas que victorias y con muchos resultados injustos. Pero no debemos desfallecer nunca y evitar el desánimo psicológico de nuestros jugadores.
No le demos carnaza a más de uno que sólo intenta derribar a los que, día tras día, trabajan duramente para que disfrutemos de la Primera División en Carranza.
ESE CADI OE