Un proyecto abyecto, o el Florentimo de la estampita de Gaucci y Antonio Pero

"El tiempo desmorona las cosas. Todo envejece y cae olvidado bajo su poder". Aristóteles.

Si la señal de compra-venta de un club centenario se hace en una cajita de zapatos de madera en billetes de cincuenta euros viejos y sin marcar a las tantas de la mañana.

Si al que viene de presidente, en su presentación un tal del Rei –que se supone que es quien ha depositado su confianza en él- lo llama Florentino Mendoza en vez de Manzano, o sea, que no sabe ni quién es.

Si para la traducción de importantes documentos cuentan con la colaboración, supongo que a tiempo parcial, de un gelattero del paseo marítimo porque no tenían a un traductor jurado a mano.

Si el gestor deportivo para darse a valer habla de los grandes logros conseguidos en el Calcio y resulta que es en un equipo llamado Perugia que se encuentra en quiebra tras su paso y el de los suyos.

Si el ojo clínico a la hora de los fichajes lo tiene un agente FIFA que trae futbolistas a prueba de la segunda división de Marruecos (que será como una tercera regional o así) o de un japonés que viene de jugar seis partidos en el Yokohama de la todopoderosa liga china, y que su anterior participación como director deportivo fue durante cuatro meses en el Mérida contribuyendo con su trabajo al descenso a tercera división de tan emérito club.

Si para impregnarse de la idiosincrasia del club cadista cuenta con la inestimable colaboración de grandes expertos en fracasos como son el consejero-florero o el Churchill de la Bahía.

Si le dan las riendas de un club centenario para ascender a un entrenador cuyo mérito principal fue salvar la temporada pasada al Badajoz del descenso, para lo cual tenía que hacer la hombrada de lograr un punto en cinco partidos (que eso lo consigue hasta Julián Rubio).

Si para salvar los muebles recurren a Ramón Blanco por ser el que mejor conoce la plantilla ya que iba todos los días a ver los entrenamientos al Rosal, cosa lógica teniendo en cuenta que hacía un programa deportivo diario sobre la actualidad cadista en una televisión local.

Si la plantilla configurada está compuesta por presuntos futbolistas comprados al peso de los que, al menos dos, tuvieron que coger las maletas antes de empezar la competición porque no daban la talla y de los que se quedaron hay catorce o quince que no valen ni para jugar en el complejo un partido de solteros contra casados.

Si la empresa Sinergy está sin energy, sin money, sin cash, sin pasta, sin panoja, sin moniatos, vamos, sin un puto duro, y se dedica a “mal gestionar” lo recibido por la campaña de unos abonados que pagan precios de champion para ver al Loja, lo que paga el Almería por Chico, lo que paga el Liverpool por Suso y lo que paga el Madrid por Jaime, a la espera de hincarle el diente a la cuantiosa a la par que vergonzosa suma salida de las arcas municipales.

¿A quién le extraña que el Cádiz esté a estas alturas en puestos de promoción por el descenso?