Cuarta jornada en Villanueva de la Serena y el Cádiz perdía su primer partido de la temporada. A la salida del estadio Alessandro Gaucci, en
petit comité, avisaba a algunos medios de comunicación que no iba a tolerar que se dijera que había en este equipo jugadores que no estaban a la altura del Cádiz CF.
Tras perder vergonzosamente ante el Arroyo en Carranza, todos recordamos su rueda de prensa a lo Karanka aquel día en el que no comparecieron ni entrenador ni jugador por orden expresa del manager general italiano. En esa alocución, el romano intentó salvar el culo trasladando toda la culpa a los jugadores y exculpando al entonces técnico Monteagudo. “Les he dicho que están demostrando que la prensa tenía razón sobre lo que decía de ellos”. No sé si era consciente, pero lo que estaba pasando es que solo dos meses después el discurso había cambiado y ya reconocía que había futbolistas vestidos de amarillos que no daban la talla.
La responsabilidad de esto último es única y exclusivamente suya y del director deportivo, asesor, agente FIFA, o lo que quiera que sea en el club, Antonio Manzano. No sé si la precipitación, el poco conocimiento, la ineptitud o una mezcla de todo ello son las razones. Pero sí sabemos todos que las consecuencias se pueden ver hoy en la tabla clasificatoria. Esa no engaña.
El tiempo ha ido despojando de argumentos a aquellos que los lanzaron desde su llegada. A ellos y a otros como Antonio Muñoz cuando dijo aquello de que cuando vendiera dejaría al club en las mejores manos posibles. Mientras tanto Alessandro Gaucci se destapa diciendo que en el equipo “no hay cojones”. Eso sí, luego él se enfada cuando otros dicen que ellos “no tienen dinero” o que “no tienen ni idea de fútbol”. Esas dos últimas incógnitas también deben despejarse cuanto antes.