Los cadistas y gaditanos debemos estar orgullosos por el trofeo Carranza que vamos a vivir. Después de muchos años de declive donde ha estado más cerca la desaparición del evento que la reactivación, el Cádiz y el Ayuntamiento han conseguido meterle un nuevo empujón al cuadrangular más antiguo de España que lo sitúa por segundo año consecutivo en la leite del fútbol mundial.
Ahora comprendo a los viejos del lugar cuando me contaban las historias del abuelo cebolleta. Esos partidos que nunca he visto, esos goles que jamás he escuchado narrar y ese Carranza que era llamado la 'pequeña Copa de Europa'.
Tengo que reconocer que este año voy a vivir el trofeo con más ilusión que nunca. Nunca pensé que el año pasado podía retransmitir un Carranza con cuatro equipos de Primera y uno de ellos el Cádiz. Ahora podré presumir de haber retransmitido el mejor Carranza de la historia teniendo a en el cartel a un Cádiz grande que es admirado por toda España que se rinde a sus pies.

No voy a mirar las estadísticas, porque me temo que pase lo que pase, se gane o se pierda, la historia de la liga va a ser una totalmente diferente. Lo que sí me parece aberrante es que ahora a la Segunda le pongan nombre de banco. Qué raro va a ser decir que el Cádiz juega en la Liga BBVA en vez de en Segunda División. De aquí a nada nos cambiarán el nombre del estadio y le pondrán nombre de supermercado o marca de cerveza. Las tradiciones están para mantenerlas y no para traicionarlas a cambio de un talón con muchos ceros.