“¿Qué es una gota de agua comparada con la inmensidad de los mares?”. Confucio

Como dijo Primo Levi a Tito Strauss, frente al pelotón de fusilamiento,  recordando aquella tarde remota en que lo llevó a conocer el hielo y se le hizo la boca agua con un polo flash de limón: “robar no es malo, lo malo es que te cojan”.

Es lo que tiene el cambio climático, que un sábado a las cuatro y media de la tarde en Miranda de Ebro  hace una mijita de calor. Las cosas del efecto invernadero,  la capa de ozono y los CFC, como la laca que esculpe el cabello de Aridane o los aerosoles tipo ventolín,  que es lo que necesita urgentemente el centro del campo para aguantar un partido completo.

¿Y Gorka? Ese ni es vasco ni ná. Con 36 grados -que no es ni fiebre de pollo- un tío de Bilbao-Bilbao no tiene sed. Si se hubiera ido de pintxos con la cuadrilla lo mismo la parienta lo considera una pérdida de tiempo y le saca tarjeta, pero por beber agua no hay quien se lo crea.

¿Robar? Hombre, por favó, ni que Ais Reig fuera político. Lo que hizo el alicantino fue un acto de caballerosidad concediendo  dos goles de ventaja antes de poner al Cádiz en Miranda mirando pa Rota.

En igualdad de condiciones el Cádiz fue muy superior al Mirandés, pero a partir del golazo de Salvi comenzó el show del árbitro, quien demostró que es colegiado por ciencia infusa, porque  ese no ha ido a un colegio en su vida.

Y es que en Anduva el andoba anduvo tiquismiquis y muy riguroso con toas sus… decisiones, en las que perjudicó claramente al equipo amarillo, motivado –sin duda- por un ataque de xantofobia agudo que el trencilla herculano sufre desde el pasado junio.

Poco a poco fue minando la moral de los cadistas hasta que el ánimo de los jugadores quedó más machacado que el disco duro del ordenador de Bárcenas.

Cervera  procuró por todos los medios mantener la calma y movió el banquillo. Intentó contrarrestar el peligro del delantero Fofo sacando a Sankaré, pero lo único que consiguió fue que hubiera dos fofos en el campo. También entró Rafidine Abdullah, que actuó de medio estorbo, vamos, lo que es Carlos Calvo para Quique Pina. Ni aun así se pudo evitar la derrota.

No soy amigo de teorías conspirativas en plan la del 11S, o la de la existencia de vida inteligente en el planeta Tierra,  y menos de una persecución arbitral -a pesar de los errores sufridos en las tres jornadas  disputadas-  pero bien hará el  Cádiz, si quiere estar en la onda,  en enviar al fontanero de turno a que se mueva como pez en el agua por las alcantarillas del poder de La Liga para evitar que se vuelva a repetir un arbitraje tan Ais Queroso.

En fin, habrá que dejarlo correr. Es la hora de  la Copa. Ojalá que tengamos un partido contra el Levante en calma. ¿Levante en calma?  ¿Otra vez? ¡Qué veranito llevamos! 

José Manuel Ramos 'Pichili'

Colaborador de Portal Cadista y Radio Cádiz (Cadena SER)