Pero hoy el balón comenzó a rodar y atrás quedaron todos esos momentos que dividieron a la afición, y  todos a una volvieron a sonar los gritos de ¡ESE CADIZ OE! que suena a unísono como una oración del cadismo. Se aparcaron por un momento los comentarios sobre las altas y bajas, sobre los que quedan por venir y los que aún están a tiempo de salir. Solo importaba que el bautismo del nuevo Cádiz C.F. terminara en fiesta, como así ha sido. Caras sonrientes de los aficionados a la entrada y mucho más a la salida del estadio, jugadores que entendieron que hoy era más importante el mono de trabajo que la individualidad de la floritura, un entrenador que respondía a los medios, en una improvisada rueda de prensa a pié de vestuario, con la voz partida fruto de lo intenso del partido. Todos hemos respondido hoy en el papel que tenemos asignado cada partido en Carranza. Solo faltaron los que por motivo de trabajo o por ser de la provincia y tenerle respeto a la carretera con la climatología que se presentaba, se vieron obligados a sufrir y empujar detrás de un transistor, pero yo también los sentí como si allí estuviesen.

En lo deportivo, vimos un partido típico de debut en Liga. Sensaciones de que esto ya es de verdad, de que se cambió el chip de los amistosos. De que ahora los puntos hay que sudarlos uno a uno y que cualquier falta de concentración te puede tirar por tierra el trabajo de toda una semana. Valorábamos el peligro que ahora sí parecen tener nuestros puntas, y sin embargo, los tantos los vuelven a marcar nuestros interiores. Que más dá, lo importante es que la pelota perfore la red rival y no la propia. Hoy se ganó con sufrimiento, pero se ganó y esos tres puntos ya están en nuestro casillero. Sufrir con recompensa siempre es menos doloroso, pero creo que es hasta necesario para que no nos creamos nada y así no haya relajación. El rival ha demostrado ser el equipo rocoso que todos intuíamos y hasta podemos decir que la suerte nos ha sonreído en esa jugada con triple ocasión de poner el 1-1 en el marcador. De todas formas considero la victoria justa porque en el cómputo total tuvimos mayor número de ocasiones y más claras que el equipo granadino. Perforamos 4 veces la meta rival, aunque solo 2 tuvieron validez y solo echamos en falta a ese hombre de calidad en el centro del campo que no rompa el ritmo de la transición del balón de defensa a ataque, algo que hoy se ha roto en demasiadas ocasiones. García Remón tiene ahora una semana para afrontar la visita a Tenerife con mayor tranquilidad una vez superados los nervios del debut.

Entramos en la última semana de trabajo agotador para Félix Carnero y Vicente del Bosque, los encargados de dotar a este equipo con esos tres jugadores de marcada calidad que andan persiguiendo. Esperemos que gocen del acierto que hoy ha tenido el equipo.