La Crónica Daltónica: Cádiz C.F. 0 - Gimnástic de Tarragona 2
José M. Ramos «Pichili» / PortalCadista.com
Como dijo Sir Edmund Hillary cuando coronó por primera vez la cima del Everest y contempló un paisaje hasta ese momento nunca visto por el ojo humano: “Carajo, qué alto está ésto”.
Tarde de regalos en Carranza. Se repartieron aplaudidores amarillos y azules, aunque estos artilugios son innecesarios como ha quedado demostrado durante toda la temporada. Aquí aplaudimos los corners, los goluis que pasan a 10 metros de la portería y hasta los saque de banda. De la banda de los matracas que es la que toca cada quince días en el estadio. Conformistas que somos los cadistas.
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También se repartieron trozos de pizza. En el palco de autoridades degustaron la de chorizo. A la afición, como siempre, nos la dieron con queso. Los representantes de la Federación de Penas, muy liados organizando el próximo desplazamiento que se prevé –Dios mediante- para Octubre del 2012, prefirieron los manjares del catering Mato Grosso, así conocido por lo escondido que se encuentra el canapé entre tanto verde follaje.
El partido comenzó a la seis de la tarde y termino a las ocho menos cuarto más o menos. Pero aunque hubiera durado hasta las dos de la mañana el Cádiz no hubiera marcado ningún gol.
Ya de inicio el Nastic le ganó la partida en la guerra psicológica, plantándose en el terreno de juego con una equipación negra y gris que sembró el desconcierto en nuestro siempre creativo medio centro. Raúl intentó cambiar inmediatamente la elástica amarilla por la tercera equipación multicolor pero el árbitro, qué malaje, lo prohibió terminantemente.
La escuadra romana de la Imperial Tarraco venía igualada a puntos con los mercaderes fenicios de Gadir y el equipo que perdiera tan histórico duelo se iba a ver abocado a luchar hasta el final en una batalla sin cuartel por salvar la categoría. Y así fue. A bocados, concretamente tres, fue cómo se comió 4 trozos de pizza de peperoni con aceitunas negras en un santiamén el nota que estaba a mi vera.
En este primer periodo destacan dos o tres buenos centros medidos del cobazo kobasowski. También destaca un buen centro de mesa, con labor de croché incluida, que tenía mi abuela, q.e.p.d., y que no sabemos adónde habrá ido a parar.
Acabó el primer tiempo, que fue más aburrido que el vídeo de los veinticinco años de Epiblás como concejal. ¡Qué tío más jartible!
En el minuto 68 Raúl Procopio se acuerda del Mayo francés y pretende hacer una revolución. Saca a Enriquinho adobado cuando el Nastic se dispone a ejecutar una falta. Craso error. Una regla no escrita en el fútbol dice que los cambios no hay que hacerlos ni en un corner ni en una falta en contra. Total, que jugada ensayada, caraja generalizada, se abre la defensa cual Mar Rojo y gol de Moisés. Homenaje a Charlton Heston. Cero a uno. Ya estamos. El equipo de Miku dejó helados a los aficionados cadista. Sí. Miku y helados.
Un partido tan importante y un Cádiz tan inoperante. Venga, vamos a por el empate.
La gente se iba poniendo algo inquieta por los resultados que se estaban dando pero nuestro querido presidente Don Muñoz -el mejor presidente que ha tenido el Cádiz en toda la segunda be- se puso a pedir calma a gritos.
Las internadas de Gustavo López por el centro y Cristian-no Ronaldo y Enriquinho en adobo por la derecha acababan en las manos de Rubén Pérez que se llevó todo el partido esperando un tiro peligroso.
Los últimos diez minutos los jugó el Cádiz sin centro del campo, lo que demuestra que puede hacerlo igual durante todo el partido. Total, para lo que sirven…
En el minuto 90 sale Calle para perder tiempo y sin perder tiempo marca el segundo para el Nastic. Calle no valía para el Cádiz. Otro goal average perdido.
La esperanza es lo último que se pierde. Nosotros, de momento, lo último que hemos perdido son tres puntos importantísimos.
En fin, que a Raúl se le agota el crédito y a cualquiera le agobian los créditos. Lo mejor del fin de semana los doce puntos que nos regaló Andorra pero, me temo, que no nos van a servir de mucho.
Empujemos entre todos como sea a estos haraganes para llegar a la cima de la permanencia. Solo faltan cuatro puntos pero yo no sé de dónde lo van a sacar y menos con esa actitud. Seamos positivos. El domingo hay que ganar en Málaga como sea. Positivo, negativo. Positivo, negativo. Me está entrando complejo de pila. ¡Carajo, qué harto estoy de éstos!
Abrazos cadistas.
