Tropezón con la misma piedra

Nos las prometíamos muy felices cuando nos encaminábamos esta tarde hacia el Ramón de Carranza. Los aledaños eran sinónimo de fiesta del fútbol y las conversaciones giraban en torno al desplazamiento del próximo Miércoles hasta las lejanas tierras del Bahía Sur. Nadie hablaba del Conquense, todos daban el partido por ganado sin bajarse del autobús que nos deberá e llevar dentro de tres días a San Fernando.

Al descanso, la afición seguía aún más confiada visto el resultado de 2-0 que reflejaba el electrónico merced a los goles de Juanma y Rubiato. En esta primera mitad los pupilos de Javier Gracia tuvieron posesión y llegada de ahí que me atrevo a decir que el marcador reflejaba un resultado justo.

Todo hacía presagiar que la segunda parte se presentaría placentera y donde el equipo amarillo podía darse un festín a costa del equipo visitante. Pero resultó una auténtica película de terror. El Conquense salió con una actitud totalmente diferente en la segunda mitad. Dejó sus miedos en los vestuarios y demostró que no tenía nada que perder. Salió a morder, y mordió. Los conquenses comenzaron a ganar el partido en el momento que comenzaron a demostrar que tenían mayor y mejor actitud que los amarillos.

La intensidad y la anticipación que demostraron los jugadores visitantes hicieron que muchas de las vergüenzas que aún quedan por pulir en nuestro equipo quedaran en evidencia. Ya manifesté, en uno de mis primeros artículos, que en algunos puestos determinados echaba de menos jugadores de garantías que suplieran a los titulares e incluso que le disputaran el puesto. Hoy, lamentablemente, se ha echado de menos a Raúl López. Pero no sería justo cargar todas las tintas contra Ezequiel porque han sido muchos los jugadores que hoy no se han ganado el sueldo. El Cádiz es el equipo que de momento ha tropezado dos veces con la misma piedra, el Conquense, y por el mismo resultado, y en el anterior partido no estaba Ezequiel sobre el campo, así que no es justo responsabilizarlo de la derrota máxime cuando el penalti del primer gol ha llegado por la otra banda, y el gol del empate, por el centro de la zaga.

Quiero sacar algo positivo del encuentro de hoy. Y para mí, ha sido muy importante. La afición de Carranza ha vuelto a ser “lo mejor del partido”. Si en el José del Cuvillo denuncié que parecía mentira que la afición cadista estuviera en mayoría, hoy tengo que decir que la grada del Ramón de Carranza ha cantado y cantado del primer al último minuto. Y todo esto ha sido por obra y gracia de los “Brigadas Amarillas”, otras veces denostados por algún tipo de actos reprochables, hoy han sido el auténtico motor de la afición amarilla. Ellos han llevado la voz cantante y el resto de las gradas los ha seguido y se han contagiado de su animosidad. Mi felicitación a ese colectivo y mi petición para que siempre que sean protagonistas, lo sean por este tipo de actos.

Lo de la derrota, lo considero como algo anecdótico y que nos puede venir bien, para que nadie nos siga contando el cuento de la lechera, que ya es muy viejo y que ya nos lo han contado muchas veces.

A por el San Fernando y que el Bahía Sur suene tal y como ha sonado hoy Carranza.